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Nuevo grupo busca el poder en Pantelhó

Siempre, en todo momento, los tiempos electorales son el arma favorita para lanzar dardos políticos que desestabilicen los escenarios democráticos y de gobernabilidad en los municipios, estados o a nivel federal. No hay necesidad de hacer ningún disparo de arma de fuego. El arte de “amenazar” trae consigo beneficios que los “chuchos”, por decirlo en sentido figurado, al estilo Chiapas, consiguen a base de amedrentamiento.

En los últimos años, la aparición pública de grupos armados es el arma favorita para causar pánico y temor entre la población. Esta misma práctica se hacía en los tiempos en que gobernaba el Partido Revolucionario Institucional, con la diferencia es que todos los escenarios de desestabilización que provocaban se hacían desde la clandestinidad.

El caso de los “Chinchulines”, por citar uno de los ejemplos más recientes, que operaban en los municipios de la zona Norte, como Yajalón, Chilón, Bachajón, Tila y Ocosingo, se encargaban de “enderezar” la política dictada por los grupos de poder de entonces. Historias de terror pueden consultarse en las hemerotecas de periódicos nacionales, principalmente, porque en aquella época había mucho más control de los medios de comunicación locales.

Hoy, con la aparición de las redes sociales, los eventos delincuenciales tienen mayor oportunidad de conocerse al momento y ello ha dado pie a que los grupos armados hagan pública su aparición en determinadas jurisdicciones. Una para provocar respeto y dos, para presionar a las autoridades a negociar.

El caso de Pantelhó es un claro ejemplo de que la aparición de supuestos grupos armados permite que se negocien puestos políticos y mantener el control de la zona. La desaparición de los 21 pobladores de este municipio por parte del grupo “El Machete”, es un claro ejemplo de impunidad, pues a más de dos años de su desaparición, nada se sabe de ellos.

Además, esta organización armada, que supuestamente surgió para contrarrestar a la familia Los Herrera”, quienes otrora tenían el control del municipio, se caracterizó por imponer a su presidente municipal y hoy que se acercan la fecha de la elección, intentarán hacer lo mismo.

Sin embargo, los abusos contra la población se han extralimitado y, por tanto, la aparición de nuevos grupos armados busca el mismo fin. O en verdad se cree que ocho o nueve integrantes de un grupo de autodefensas pueden en realidad estar por arriba de las fuerzas armadas como el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional.

Hace un año, en marzo, otro grupo hizo su aparición para luchar contra “El Machete”. El 4 julio del 2023 salió nuevamente otro grupo identificado como autodefensa Ejército Civil Indígena, quienes a base de presión cambiaron el Concejo Municipal. Le hicieron frente a “El Machete” y se erigieron como los salvadores del pueblo, pero a los pocos meses, la misma situación de infamia se consolidó en el municipio. La semana pasada, otro más se hizo viral en las redes, denominándose autodefensas, donde apenas nueve sujetos aparecen en un video. Su misión, dijeron, es no permitir que El Machete imponga al Concejo Municipal.

En el video que hizo llegar el grupo especifica que se unen a la lucha en apoyo a los habitantes de la Fracción Tzanembolom y en apoyo al Ejército Civil Indígena del Pueblo de Pantelhó. En él aseguran que no se dará entrada a ningún Concejo municipal, lo que representa una afrenta directa a la política que rodean asuntos que ponen en riesgo la gobernabilidad.

Cierto es que el Congreso acude a esta figura política para dirimir conflictos, por lo que, de entrada, este ya es un problema que habrá que resolver antes de que la situación suba de tono. Pero habrá que esperar que los diputados regresen de vacaciones pues será este mes de abril cuando se reinicien las sesiones de la LXVIII Legislatura local y se aboquen a ventilar los pros y contras de las disputas políticas en municipios considerados focos rojos.

Su aparición puede considerar un problema de foco rojo, pero quizás hasta diga el gobierno que es bueno que entre ellos se anden vigilando para darle seguridad a los movimientos políticos que se avecinan.

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