Uriel Estrada, enloquece por alcanzar una diputación pluri que lo blinde
En la Auditoría Superior del Estado se vive un ambiente de suspenso por la sencilla razón de que el personal está preocupado por el futuro que le depara a su titular, hasta ahora todavía oficial, José Uriel Estrada Martínez, quien anda desesperado porque quede considerado en las listas de Morena en la diputación para la próxima Legislatura local por la vía de la representación proporcional.
Es decir, el funcionario solapador de los alcaldes de Chiapas al encubrirles todas las irregularidades en las cuentas públicas, busca por todos los medios blindarse para tener fuero constitucional y no ser perseguido por la justicia ante los evidentes actos de corrupción en los que ha incurrido en este sexenio que está por concluir.
Sin embargo, lo que los chiapanecos deben saber es que el tan mencionado servidor público, al ver que no fue tomado en cuenta por Morena para participar por un cargo de representación popular por mayoría relativa, sacó de la caja fuerte donde guarda parte de lo que ha negociado con los presidentes municipales a costa de mantener su impunidad, varios miles de millones de pesos para ofrecerlos al partido estatal Morena para que le hiciera “el favor”.
Una declaración, sí, delicada, pero al mismo tiempo comprensible por la situación de vulnerabilidad en la que se encuentra el auditor, al ser señalado por actos de corrupción, de complicidad y omisión con muchos de los ediles que, por cierto, pactó lazos de compadrazgo.
En una reunión de despedida que sus empleados de la Auditoría Superior del Estado le hicieron la semana pasada, Estrada Martínez se consagró con su gente al anunciarles que había logrado una diputación por la vía plurinominal y que para conseguirla “soltó mucho dinero”.
Al día de ayer no se sabía oficialmente si había renunciado a sus funciones como auditor, pero en la comida del jueves pasado, se limitó a decir que ya había presentado su renuncia al cargo para cumplir con lo que establece la ley electoral en la materia.
Sabiendo que sería un blanco fijo a las críticas, en dicho encuentro de “camarería”, el “futuro diputado”, les solicitó de manera muy especial a su equipo de trabajo que no se tomaran fotos donde él saldría, porque no quería generar más sospechas hacia su persona ni involucrar a los personajes con los que negoció la diputación de “dedo”.
Este personaje también confesó semanas atrás, ya con sus copas encima, que había logrado convencer a un “su amigo del alma” que está en Morena, que lo metieran en la tómbola para una legislatura, la cual le puede favorecer como le pasó al diputado de pacotilla que ganó por el mismo método y que hoy quiere repetir: Guillermo Santiago.
En las confesiones que le da por alardear en las fiestas continúas que realizaba con su gente de confianza de la ASE, hay una especial, pues recordando el cumpleaños de su primogénita que falleció recientemente, dijo que ya la había robado mucho dinero en Morena, pues había dado lo suficiente para quedar en las listas de diputados federales, pero algo pasó y lo bajaron.
En este momento, cuando no hay nada decidido para las listas de las plurinominales, donde están duros los jaloneos internos, lo que le ocupa al funcionario es volver a quedar fuera y expuesto a los ataques de sus adversarios que verán la manera de que pague todas las fechorías que realizó cuando creyó que su empoderamiento como servidor público nunca acabaría.
Está comprobado que al reconocer que le birlaron la paga, se confirma el famoso dicho popular de que “lo del agua al agua”, pues su fortuna de la que ahora goza es lo que se agandalló con sus “asesorías” brindadas a los presidentes municipales.
Por lo tanto, se pone interesante saber quién es ese político o políticos de Morena que recibió el fajo de billetes para colocarlo en la lista final de los candidatos plurinominales que se harán cargo de palomear a los “bien portados”.
No cabe duda que, si esto se llegase a concretar, la máxima de los nuevos tiempos que se presentan en los procesos “democráticos” es que la política no ha cambiado, y contrario a ello, sigue siendo un jugueteo de estiércol, para decirlo con palabras finas que no dañen ni agredan los castos oídos de quienes se erigen como los paladines de la nueva época de la política.
