Marco Alvarado / Diario de Chiapas
El asesinato de perros y gatos callejeros es una práctica que está aumentando en Tuxtla Gutiérrez y Chiapa de Corzo; sin embargo, el empleo de veneno conlleva un potencial riesgo para los seres humanos, especialmente los niños, que podrían tomar por equivocación alguna de las galletas o croquetas que se emplean para matar a estos animales.
Además, esta práctica está lejos de ser la solución al problema, ocasionado en muchas ocasiones por los dueños de mascotas, que no las esterilizan ni cuidan, o en el peor de los casos, que terminan por abandonar en la calle cuando el animal demanda más cuidados y alimentos de lo que están dispuestos a dar.
Un cruce de datos de organizaciones como la Asociación Civil Movimiento Animalista Para Chiapas, y la Dirección de Protección Contra Riesgos Sanitarios, arrojan un estimado de 60 mil perros y hasta 130 mil gatos, los que estarían deambulando en las calles de 700 colonias de la capital, con el potencial riesgo a la salud que esto conlleva.
La proliferación de animales en las calles pasa también por la venta indiscriminada de éstos, que son ofrecidos como cualquier mercancía en cruceros o carreteras, sin el menor cuidado sanitario.
Esto constituye una violación del artículo 18 del Reglamento de Protección a la Fauna Doméstica municipal, ya que es obligación de todo ciudadano velar por los derechos de los animales y denunciar ante la autoridad municipal los actos de crueldad hacia cualquier animal; sean intencionales o imprudenciales.
No sólo la venta callejera constituye un acto de maltrato. Emplear veneno para deshacerse de perros y gatos muestra otra faceta de la crueldad humana, y transgrede el artículo 27 de la ley en mención, donde se establece que los actos de crueldad hacia los animales domésticos, sean intencionales o imprudenciales, merecen una sanción.
