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Dr. Gilberto de los Santos Cruz

Múltiples representaciones de la Coalición Obrera Campesina Estudiantil del Istmo (COCEI) nace en Juchitán de Zaragoza Oaxaca proyecciones feministas, encarna en primer lugar la figura de la tehuana, mujer zapoteca del Istmo, las necesidades de alteridad integrable en los proyectos propios, tanto nacionales como internacionales. Entre los creadores del icono de la tehuana con sus atributos no solamente de extraordinaria belleza y de sensualidad sino también de independencia y de braveza se encuentran nombres tan ilustres como Saturnino Herrán, Diego Rivera, Frida Kahlo, Edward Weston. Durante el nacionalismo cultural de los años veinte y treinta del siglo pasado, el Istmo, a pesar de los pocos atractivos de su medio ambiente, ya había sido un destino de moda de un turismo intelectual y artístico. Medio siglo después, la región vivió otro auge de visitantes mexicanos y extranjeros llegados a Juchitán, ciudad que disputaba con el puerto istmeño de Salina Cruz el segundo lugar en la lista de los centros urbanos más grandes del estado de Oaxaca, y en la cual, según el censo de 1980, un 98,5% de la población era de habla zapoteca. Llegaron otra vez artistas y escritores, pero ahora también periodistas y un considerable número de científicos sociales. En el foco del interés se encontraba la Coalición Obrera Campesina Estudiantil del Istmo. La COCEI nació en Juchitán en 1973. El momento desencadenante lo constituyó una protesta básicamente estudiantil en contra del director del hospital público de la ciudad acusado de corrupción. De ahí se forma un movimiento que, acompañado de los respectivos cambios programáticos de su nombre, empezó a pugnar por los intereses de los campesinos juchitecos y, poco después, también a realizar labor organizativa entre los trabajadores de diversas empresas locales. Sin embargo, la COCEI mantenía un perfil dominante de movimiento campesino. Ya en 1974 la organización participó por primera vez en las elecciones por el Ayuntamiento de la ciudad. Se inicia una ardua lucha con el gobernante Partido Revolucionario Institucional que se extendió por toda la segunda mitad de la década, marcada por repetidos fraudes electorales, escaladas de protestas, así como por la represión y la violencia política que cobró víctimas más que nada en las filas de los activistas y simpatizantes de la Coalición. Derrotada en las urnas en 1974 y 1977, la COCEI se alió para los comicios de noviembre de 1980 con el Partido Comunista Mexicano (PCM). Y una vez más perdió una elección que ostentaba las señas del fraude. Después de una serie de acciones de protesta espectaculares, sin embargo, la COCEI y el PCM lograron a la vista del público mexicano una repetición del escrutinio para marzo de 1981. Una coincidencia de varios factores políticos a nivel nacional, regional y local hizo posible que la Coalición finalmente resultara ganadora. Así, se estableció en Juchitán el primer Ayuntamiento de todo el país controlado por la izquierda. En esta histórica posición, el llamado Ayuntamiento Popular bajo el alcalde Leopoldo de Gyves de la Cruz se vio expuesto a un complejo y enconado juego de poder. La apertura democrática del sistema político mexicano proclamada por el presidente de la República Luis Echeverría (1970-1976) y continuada por su sucesor, José López Portillo (1976-1982), creo las condiciones generales para el reconocimiento oficial del Ayuntamiento. Al mismo tiempo, las autoridades del estado de Oaxaca siguieron una política de obstrucción financiera en contra de la ciudad hermética, reteniendo recursos correspondientes al presupuesto juchiteco. En la ciudad misma, la oposición priista simpatizante de la fuerza bruta se organizó en él, eufemísticamente bautizado, Comité Central para la Defensa de los Derechos del Pueblo de Juchitán (CCDDPJ).…este, capitaneado por el cacique Teodoro el Rojo Altamirano, no solamente efectuó una campaña difamatoria de una extraordinaria crudeza anticomunista en contra de la COCEI, sino que fue, sobre todo, responsable de que los ataques contra los seguidores de la Coalición y los asesinatos políticos no cesaran bajo el Ayuntamiento Popular e incluso de que, a partir de 1982, Juchitán viviera en un clima de inseguridad y violencia. La COCEI en el poder no pudo cumplir con todas sus promesas electorales, y los errores de su gestión no se dejan explicar solamente con la estrategia de estrangulación financiera del gobierno estatal. Sin embargo, era evidente que el nuevo Ayuntamiento emprendió un mejoramiento sustancial en la infraestructura de la ciudad, dejada por sus antecesores en un estado deplorable. Símbolo de estos esfuerzos fue la renovación del palacio municipal, que estaba a punto de desmoronarse. Se impusieron también medidas para aliviar la situación de los trabajadores y de los campesinos locales. Y el Ayuntamiento Popular llevó adelante una política cultural sumamente activa: Juchitán recibió una biblioteca pública, se realizó una campaña de alfabetización y se promovieron las actividades de la Casa de la Cultura, existente desde principios de los años setenta. Motivo de controversias fue, entre otras cosas, la práctica de la COCEI de cobrar a campesinos beneficiados con créditos negociados por el Ayuntamiento una contribución que se destinó a las cajas de la organización. Igualmente, la COCEI retenía, para fines propios, partes de los pagos. Se alegaron oficialmente las deudas de las administraciones locales anteriores que se habían recaudado entre los negociantes locales a causa de la apremiante situación financiera del gobierno de la ciudad. Hacia 1983 las filas de la oposición contra el Ayuntamiento coceista se habían cerrado. El movimiento enfrentó a sus adversarios tradicionales: el PRI, los latifundistas y la mayoría de los hombres de negocios locales. Al mismo tiempo, los grupos moderados que anteriormente habían abogado por una reforma de la vida política juchiteca y que habían apoyado a la COCEI le fueron dando paulatinamente la espalda. A nivel regional, el sector más conservador se había apoderado del liderazgo de la organización empresarial oaxaqueña y ejerció presiones en todo el estado para la destitución del Ayuntamiento. A nivel nacional, finalmente, con Miguel de la Madrid (1982-1988) en la presidencia, se habían desplazado los pesos políticos también. La situación de violencia política en Juchitán se agudizó y en julio un enfrentamiento entre seguidores del PRI y de la COCEI en el centro de la ciudad, que cobró dos muertos y alrededor de veinte heridos, Se aprovecha la Cámara de Diputados de Oaxaca para retirar el reconocimiento legal al Ayuntamiento Popular. Después de unos meses con una presidencia priista interina y la ocupación del palacio municipal por militantes de la COCEI, el PRI fue declarado a finales del año ganador de los nuevos comicios y el ejército y la policía desalojaron el palacio municipal. En Juchitán impero durante meses el estado de sitio. La COCEI volvió al Ayuntamiento en 1986 en un gobierno de coalición liderado por el PRI y ganó las elecciones municipales de nuevo en 1989. La COCEI fue talvez el movimiento más exitoso de la izquierda social en México, y probablemente uno de los más exitosos de toda América Latina. Dándose a conocer como un movimiento Étnico, zapoteco, la Coalición aumento todavía más su atractivo como objeto de estudio. El fenómeno fue ampliamente descrito. Las múltiples autorepresentaciones convergían en la noción de la resistencia. Al principio, cuando la COCEI entró a la lucha como una izquierda étnica, todavía se discutían intensamente, entre los representantes de los marxismos en México. Hoy su primer Presidente Municipal es el Embajador de México en Venezuela Leopoldo De Gyves de la cruz.  

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