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Letras Desnudas

Mario Caballero

Sí: el diputado local por Morena, Isidro Ovando Medina, es un abusivo. Un hombre amoral. Un político acomodaticio, chaquetero, que coquetea con todos y a todos de algún modo traiciona. Es un servidor público sin modales, sin ética e ignorante de los más elementales principios de honorabilidad y honestidad. Es un legislador al que los postulaos de la Cuarta Transformación, definitivamente, le quedan guangos.

No es mi estilo lanzar epítetos así nomás, pero el caso de Ovando Medina lo amerita. Porque ¿qué es eso de humillar y amenazar a una desamparada mujer por el solo hecho de ser diputado? Peor todavía, ¿utilizar, o, mejor dicho, abusar del cargo para traficar influencias ante la Fiscalía General del Estado?

¿No se suponía que serían diferentes? ¿Que antepondrían las necesidades y los intereses de los ciudadanos a los personales? ¿Que no cometerían los mismos abusos de autoridad que los que nos gobernaron en el pasado? ¿Que no usarían los puestos para alimentar sus ambiciones de poder y quedar impunes? ¿Que actuarían con honradez, pulcritud, transparencia y buena moral para lograr un cambio en la vida pública de la nación?

Todo esto no se ajusta al comportamiento de Isidro Ovando. Paradójicamente, es un morenista que no comulga con lo que en este momento Morena representa como opción política. Por el contrario, contradice en el dicho y en los hechos el discurso de honestidad y anticorrupción de la 4T.

Para darme a entender sobre lo hasta ahora señalado, expondré en su contexto el caso del diputado Isidro Ovando: un verdadero escándalo de abuso de poder.

“AHORITA HABLO CON EL FISCAL”

Como hemos mencionado en párrafos anteriores, Isidro Ovando Medina es diputado local por Morena. Alcanzó el escaño en el Congreso del Estado por mayoría relativa y el distrito electoral que representa es el número 16, con cabecera en el municipio de Huixtla.

Es de esos políticos mediocres que nunca había ganado nada. De no haber sido por Morena y, sobre todo, por el efecto que el proyecto de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador provocó en la sociedad, jamás hubiera ocupado cargos públicos. A la verdad, antes de ostentar la diputación actual había desempeñado un solo puesto durante los casi 20 años que lleva en la política: el de regidor en el Ayuntamiento de Tapachula.

La regiduría la ejerció como estar en un día de campo. Así de plano. Su desempeño no significó nada en cuanto a la inspección y vigilancia de los distintos aspectos de la administración del municipio y tampoco para la Comisión de Obras Públicas del Ayuntamiento, de la que fue presidente.

Es más, en febrero de 2020 protagonizó un episodio bochornoso al pretender ser alcalde interino debido al fallecimiento del expresidente municipal, Óscar Gurría Penagos. Sin ningún mérito profesional, sin experiencia, sin respaldo político y carente de toda simpatía entre el cabildo, el Congreso local, el partido y el Gobierno del Estado, su propuesta fue desechada igual que una chancla vieja.

Aparte de esto, fue un acto de mezquindad e indolencia de su parte querer asumir el cargo cuando el cuerpo del difundo doctor Gurría ni siquiera se había enfriado. Se comportó como un vil carroñero.

Ahora, como diputado local, su desempeño está entre escándalos y señalamientos por corrupción, despotismo y tráfico de influencias.

El caso del que hice referencia líneas antes estalló hace algunos días gracias a la revelación de un audio que contiene una plática vía telefónica entre el diputado Ovando Medina y una señora de nombre Manuela Pérez, pero tiene ya muchos meses de haber iniciado.

Ocurre que esta dama, habitante del ejido Carrillo Puerto, municipio de Tapachula, solicitó el apoyo legal del diputado Isidro Ovando para miembros de su familia que fueron detenidos injustamente por presuntos problemas penales. Esto fue en agosto de 2021.

Sin embargo, Isidro Ovando nunca hizo nada por ayudar a esta humilde familia que se dedica a las labores del campo. Simplemente, le dio largas al asunto mientras las personas a las que debió socorrer como lo hubiera hecho un verdadero representante del pueblo veían cómo pasaban los meses y ellos seguían encerrados por la mala fortuna de haber estado en el momento y lugar equivocados.

Ellos habían sido contratados para limpiar dos hectáreas de un rancho, supuestamente invadido por una de esas tantas organizaciones sociales que dicen defender los derechos de los campesinos. Pero en el instante en que realizaban el trabajo, llegaron agentes de la Fiscalía General del Estado a ejecutar una orden de desalojo, fue entonces que los capturaron.

Manuela Pérez, al ver que el diputado no movía un dedo y el tiempo seguía corriendo, optó por contratar a un abogado a pesar de sus escasos recursos económicos. Y fue por el trabajo de este abogado que el caso comenzó a avanzar y consiguió una audiencia ante un juez para el día seis de enero de 2022.

Ovando se enteró de esta audiencia y se comunicó con la señora Manuela, quien dijo para un medio de comunicación: “5 meses después me llamó y me pidió los nombres de mis familiares un día antes de la audiencia y me dijo que me iba a ayudar. Yo me di cuenta de que quería aprovecharse, porque me dijo que por él se había logrado la audiencia, pero le dije que ya tenía un abogado”.

En la conversación telefónica se le escucha molesto a “Chilo” Ovando: “Se lo advertí –le dice-, le dije que este asunto no era de abogados…”.

A lo que ella le contestó: “Pero usted también hizo mal, don, con un abogado desde cuando hubieran salido. Si yo no consigo a este abogado que se fue a meter donde verdaderamente eran las cosas, estoy agradecida y toda mi familia está agradecida con el licenciado que ahorita ya nos dio buenas noticias. Se lo agradezco mucho (la supuesta ayuda), no había tenido oportunidad de hablar con usted”.

Ovando refuta: “Escúcheme, a ver, este tema es político, no es de abogados, y si usted cree que no hice nada, ahorita hablo con el fiscal para que se suspenda la audiencia de mañana. Así se lo digo, porque con gente malagradecida yo no voy a estar tratando”.

Manuela Pérez no se dejó intimidar, y por fortuna la audiencia se realizó y sus familiares quedaron en libertad, pues eran inocentes.

¿QUÉ PASÓ CON LA CONGRUENCIA?

Gracias a este audio sabemos que Isidro Ovando no es diferente a los políticos del pasado, sino peor. Que no es de los que no mienten, que no roban y no traicionan, sino de los que son capaces de hacer esas cosas e incluso lanzar amenazas contra gente humilde, como doña Manuela Pérez, amenazas que configuran violencia de género y que representan un portentoso abuso de poder.

Las autoridades competentes deben iniciar una investigación contra Isidro Ovando por probable tráfico de influencias ante la Fiscalía General del Estado. Y los diputados de Morena y el partido mismo, especialmente, emprender un juicio político en su contra. Si no, ¿dónde estaría su congruencia política? ¿Dónde aquello de que serían diferentes? ¿Dónde de que no abusarían de los cargos en provecho de sus propios intereses?

Incluso, mantenerse callados y no fijar una postura públicamente por estos deleznables hechos los vuelve cómplices y tapaderas del abusivo.

@_MarioCaballero

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