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Apuntes a la encuesta de Massive Caller

Letras Desnudas

Mario Caballero

Hablemos de la encuesta que publicó Massive Caller a mediados de la semana pasada. A pesar de lo cuestionable de sus datos, no ha recibido, a mi juicio, la atención que merece. El estudio desmonta algunas expectativas sobre el rumbo que según lleva la política chiapaneca y, por ende, la sucesión gubernamental de 2024. Por lo mismo, quien quiera ver a través de ella dónde estamos parados, debería examinarla con mucho cuidado.

Empiezo por preguntar: ¿podemos confiar en los resultados de señalada encuesta?

Antes de responder hay que aclarar que Massive Caller fue una de las empresas encuestadoras más confiables durante los pasados años. Tiene, a la verdad, una larga tradición en el ramo desde que se comenzaron a realizar este tipo de sondeos. Muchas veces sus mediciones fueron fuente para un sinnúmero de analistas políticos que miraban sus datos con gran objetividad y veracidad. Y no fueron pocas las ocasiones en que le atinó al candidato, partido o alianza que resultaba ganadora en las elecciones.

Hoy, sin embargo, nada tiene que ver con lo que fue ayer. Debido a la falta de certeza que brinda su muy criticable metodología, Massive Caller está muy por debajo en el grado de confiabilidad que pueden llegar a ofrecer encuestas como las del Reforma, El Financiero, Mitofsky u Oraculos, por ejemplo.

Algo más. Se ha dicho que, en el ánimo de obtener ganancias rápidas, ha vendido su prestigio y trabajo al mejor postor. En otras palabras, ha sido acusada de manipular la información para favorecer al que pagó el ejercicio demoscópico. Lo que es un asunto bastante delicado. En 2018, por ejemplo, el IEPC Chiapas le aplicó una multa por infracciones que cometió a la normatividad electoral en materia de publicación y rendición de informes sobre encuestas y sondeos de opinión.

Los que han cuestionado la legitimidad de sus mediciones se basan en que las variables que utiliza son inconstantes, a veces absurdas, y que para hacer las encuestas emplea la técnica de “robot” en grabaciones que envía vía telefónica a los hogares, donde sólo cinco de cada cien llamadas son contestadas.

Por lo mismo, ¿cómo creer que cierto personaje resulte con alta aprobación o aceptación social si es comparado con otro que muchas veces es un perfecto desconocido y que, además, Massive Caller quiera hacernos pasar como dato confiable el hecho de que el sondeo esté basado en las respuestas de cincuenta ciudadanos por cada mil llamadas que realizó a cierto grupo poblacional? Descartando, por supuesto, la opacidad que hay en sus criterios generales de carácter científico aplicables en las encuestas por muestreo.

Creo que con eso respondo a la pregunta inicial, por lo que paso a la siguiente: ¿quién pagó la encuesta en cuestión?

Me disculpo por no saber la respuesta. No sé quién o quiénes están detrás de la demoscopia, pero es lo que menos importancia tiene. Es incluso inútil intentar suponer si fue fulano o zutano, éste o aquel partido o grupo político. Lo que en verdad vale la pena entender y saber son los motivos. Ahí el quid del asunto.

¿POR QUÉ?

¿Con qué intenciones se hizo la encuesta de Massive Caller, dando por entendido, desde luego, que fue esta casa encuestadora la que la realizó? Aunque hay que agregar que el número telefónico que aparece en la misma es presuntamente de la empresa Kansas City Southern de México.

Como todos sabemos, el propósito por el que se llevaban a cabo estos ejercicios es para evaluar tanto el panorama político como la viabilidad de una candidatura. Una encuesta electoral bien diseñada permite recopilar información acerca de las intenciones y opiniones de los votantes, cuyos resultados ayudan a que un candidato comprenda cómo elaborar sus políticas y plataformas para satisfacer las expectativas de los ciudadanos.

No obstante, hay que saber que muchos de estos sondeos también son elaborados con otros intereses. Algunas veces, se hacen tan sólo para resaltar la imagen de una figura política que necesita posicionarse en el conocimiento del electorado. Otras, para desprestigiar a un aspirante o para generar confusión entre la ciudadanía. Al parecer, en estos rubros se encuentra nuestra encuesta en discusión.

Para empezar, ¿qué caso tiene su publicación en estos momentos?

Hoy, el partido mejor posicionado en Chiapas, con la mejor imagen, atributos e intenciones de voto es Morena, y de lejos. Por tanto, si hoy hubiera elecciones para gobernador la mayoría de los chiapanecos votaría por el candidato morenista, sea quien sea. Es más que obvio.

Por esa misma obviedad es por lo que no se le ve ningún caso la realización de referida encuesta. Salvo que los que la diseñaron tengan la determinación de desacreditar vía datos adulterados a un propenso o partido político frente a la popularidad del partido gobernante.

Ahora bien, si el deseo fue la de promocionar el nombre de algún personaje en particular, ¿por qué decidieron compararlo con personalidades que en algunos casos ni siquiera han manifestado la aspiración a ser candidatas o candidatos a gobernador y por qué descartaron a otros cuyos nombres suenan desde hace años como probables sucesores en la gubernatura y cuyas carreras políticas son destacables? Como dice el viejo aforismo shakesperiano: “Algo huele a podrido en Dinamarca”.

Sin mencionar nombres, diremos que no tiene ningún sentido equiparar a un político reconocible, que ostenta un alto cargo en el gobierno, con otros que no lo son y que aparte de ello hay dos que tres que están desacreditados ante la sociedad, tanto por su ineficiencia en la administración pública como por corrupción.

¿SABE QUÉ?

Lo más reprobable en todo este asunto es que ante la publicación de dicho estudio hubo confrontaciones entre la clase política, en Morena y en diversos sectores sociales, además que polarizó el ambiente político en el estado. Eso no se vale.

Considero que deben encenderse las luces de alarma en las instituciones electorales, que deben ser más vigilantes sobre lo que los actores políticos están haciendo a través de las encuestas. Si dejan que este tipo de acontecimientos sigan sucediendo tal cual, ¿qué podemos esperar en pleno proceso electoral? Si no más polarización, más arbitrariedad, incluso violencia política.

Los que andan de calenturientos deben entender que los que tienen la última palabra son los ciudadanos, los electores, a los que tienen que mostrarles más respeto y no querer verles la cara de tontos porque no lo son.

Así que aguas con las encuestas, que cada día no son más que meros cantos de sirena.

PARA MAGDALENA

Querida prima, ¿qué opinión te merece el cada vez más sonoro clamor que exige la destitución de Mario Delgado de la dirigencia nacional de Morena? ¿Será que el presidente de la República lo seguirá sosteniendo? Porque de no ser por el respaldo de AMLO, Delgado sería desde hace tiempo un mal recuerdo… Por otro lado, ¿viste el meme que hace unos días circuló en redes sociales a propósito de la gira del grupo Los Pericos en Chiapas y en el que colocaron la foto del cónsul Juan Sabines Guerrero? No me quedó muy claro por qué lo incluyeron en la imagen, ¿será que el exgobernador tiene algo que ver con la banda pues? ¿O el autor del meme recordó las aficiones de Sabines cuando escuchó de la llegada de Los Pericos al estado?

yomariocaballero@gmail.com

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