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Letras Desnudas

Mario Caballero

Hoy les voy a contar una historia muy interesante. Hace algunos años, una persona que siendo niño dijo que sería doctor porque en su pueblo natal no había ninguno, logró convertirse en presidente del Poder Judicial en su estado natal.

Él, que desde que puso el primer pie en los caminos de la política lo hizo con una profunda convicción por los ideales de la izquierda política, comenzó a hacer una limpia en la casa de justicia, empezando por desterrar las malas prácticas de sus antecesores, para con ello tratar que los ciudadanos volvieran a confiar en la institución. Y le funcionó muy bien.

Aunque, dicho sea de paso, no le fue fácil. Tuvo que enfrentar a los grupos que se oponían al cambio. Sí, a todos aquellos funcionarios públicos acostumbrados a no rendir cuentas, a no transparentar sus acciones y a abusar de su autoridad para obtener beneficios personales, sobre todo económicos. Pero si una mujer tiene que pasar por dolores al parir una nueva vida, así también esta persona tuvo que resistir los embates y la oposición propia del cambio. Digámoslo así: parió una nueva institución en base a reformas legislativas, políticas administrativas y una estrategia de combate a los abusos de autoridad de los encargados de la impartición de justicia.

Esto hizo que los ciudadanos volvieran a tocar a la puerta de los tribunales en busca de ayuda a sus conflictos legales y en defensa de sus derechos. Fue desde entonces que el Poder Judicial recobró credibilidad ante la sociedad. La gente empezó a sentirse respaldada, protegida, con la confianza de que el organismo de justicia estatal estaba al servicio de los ciudadanos y no de los poderosos, como fue antes. Como cuando los anteriores magistrados prostituyeron las funciones del Tribunal e hicieron de éste una herramienta al servicio de los gobernadores, que la utilizaron para la represión y persecución política.

Por aquellas épocas, ya era muy amigo de un importante líder social que pregonaba la necesidad de transformar la vida pública del país. Lo conoció a mediados de los años noventa y con él luchó en distintas causas sociales y desde distintas trincheras políticas. Por eso no dudó en respaldarlo cuando éste líder formó un nuevo partido político.

Nuestro magistrado se unió decididamente a este movimiento. Con el fin de que el nuevo partido se fortaleciera, contribuyó con ideas, con propuestas, con trabajo político. Esto sin desatender sus responsabilidades como presidente del Tribunal Superior de Justicia.

Antes de esto había tenido una larga carrera en la docencia, desempeñando entre otros puestos el de profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM, ya que es abogado con una maestría y un doctorado en Derecho por la misma universidad. Asimismo, fue agente del Ministerio Público y ocupó diversas encomiendas en la administración pública, siendo una de las últimas la de director jurídico de Banrural y director general de la Comisión Electoral del Estado.

Aparte, entre los años 2000 y 2006 fue senador de la República, presidiendo la comisión de Desarrollo Social, y de 2006 a 2009 fue diputado federal. El puesto de magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Estado lo obtuvo en 2013.

Satisfecho por haber cumplido para con el Poder Judicial, entregó la estafeta el diez de enero de 2018 y doce días más tarde registró su precandidatura en el nuevo partido hacia las contiendas de julio del mismo año por la gubernatura de su estado. El líder social, su amigo, vio con muy buenos ojos su aspiración política y celebró que después haya sido designado candidato. Ambos sabían que había llegado la hora de servir al país y al estado desde otras esferas del poder político, pues su amigo también competiría en esos comicios por la presidencia de la República.

En esa elección, que fue histórica para la izquierda política y en la que el principal tema fue la urgencia de desterrar la corrupción, el abogado ganó la gubernatura con más del 39 por ciento del total de los votos emitidos, dejando muy por debajo a su más cercano competidor. El líder social también ganó las votaciones. Más de 30 millones de personas votaron por él.

El abogado tomó posesión del cargo el ocho de diciembre de 2018, y desde entonces su administración ha sido aliada del gobierno del líder social, alianza que le ha traído muchos beneficios a la población que él tutela.

Su gestión se ha distinguido por la atención de grupos vulnerables, por construir obras que hacen justicia social, por realizar la regularización de la tenencia de la tierra y el ordenamiento de los asentamientos urbanos y por dirimir los distintos conflictos políticos, sociales, agrarios, estudiantiles y magisteriales a través del diálogo y los acuerdos apegados a la legalidad. Así como también por fortalecer las instituciones, que han sido vitales para mejorar el entorno educativo, económico, de salud, medioambiente y desarrollo social.

Sin embargo, entre sus mayores logros está haber implementado la estrategia para enfrentar a la pandemia de la Covid-19 y haber logrado convertir al estado como uno de los más seguros del país, con la tasa más baja en incidencia delictiva general y en delitos de alto impacto.

¿LOS CONOCE?

Les diré quiénes son. El estado es Chiapas. El abogado y doctor en Derecho es el gobernador Rutilio Escandón Cadenas y, el líder social, es el presidente Andrés Manuel López Obrador. ¿Los conoce?

Una historia en verdad interesante. La traigo a mención por motivo de la conferencia que hace unos días el mandatario estatal dirigió en el Centro de Estudios Superiores Navales, en la Ciudad de México, misma que llamó “Balance y prospectiva de la situación política, económica y social del estado de Chiapas”, en la que hizo un resumen de la historia estatal, del proceso democrático y de las evoluciones que la entidad ha vivido desde largas décadas hasta el presente.

En otro momento, esta historia hubiera sonado a chiste. Pero lo cierto es que Rutilio Escandón es en realidad doctor en Derecho, tiene una trayectoria como político dentro de las trincheras de la izquierda política, ha acompañado al presidente López Obrador en distintas batallas sociales y políticas en el país, ha dado un férreo combate a la corrupción en sus anteriores responsabilidades públicas y como gobernador de Chiapas ha propuesto un cambio en las formas de hacer política y ejercer el poder.

Como botón de muestra están la paz social y la tranquilidad que se respiran en el estado, la recuperación de predios invadidos por organizaciones dizque sociales, las consecuencias jurídicas para los funcionarios que se atrevieron a hacer mal uso de los recursos públicos y la estrategia de las Mesas de Seguridad que han permitido tanto la baja incidencia delictiva como que desde hace un par de meses no se haya registrado un solo fallecimiento por coronavirus.

Claro, hay todavía problemas por resolver. Empero, esta historia demuestra que hay proyectos políticos y proyectos de vida que están logrando una transformación en la vida pública. ¿En qué otro estado del país podría decirse lo mismo?

@_MarioCaballero

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