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Letras Desnudas

Mario Caballero

Priista que no se rió es porque no entendió el chiste. Pues eso fue la carta que Roberto Albores Gleason le remitió al dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas: un chiste.

Le pido de favor, amable lector, lectora, me acompañe en las siguientes líneas para que usted también pueda soltar una carcajada a gusto o, ya de plano, entender que el excandidato a la gubernatura de Chiapas sigue siendo un remedo de político, quien a pesar de su maestría en Harvard su personalidad y mentalidad son de risa.

ANÁLISIS DE LA CARTA

La susodicha carta la firmó el 29 de mayo del presente año, en la que entre los argumentos con los que sustentó su decisión “irrevocable” de renunciar a la militancia del PRI son, por decirlo suave, absurdos e hilarantes.

Juzgue usted mismo:

Albores júnior, dice: “Mi recorrido por la política ha sido venturoso y de gran realización humana. He tenido la oportunidad de servir al pueblo chiapaneco en diversas responsabilidades públicas, la mayoría obtenidas a través del voto popular. Siempre he buscado la confianza ciudadana con propuestas para transformar a mi querido estado de Chiapas porque, para mí, la política es un poderoso instrumento para crear empleos, combatir la pobreza y mejorar la calidad de vida de nuestra gente”.

¡Jajajaja!

Con el ánimo de ser objetivos, hay que decir que en el párrafo citado Roberto Albores no miente, ya que en la política no le ha ido mal, sino genial. Y vaya que se ha realizado. Y tampoco existe ningún engaño cuando profiere que para él la política es un poderoso instrumento para crear empleos, abatir la pobreza y mejorar la calidad de vida de la gente. Salvo que los empleos que ha creado, la pobreza que ha abatido y las vidas que ha mejorado son la de su propia gente, de su familia, y no las de los chiapanecos.

Hay que precisar que la vida de Albores Gleason es muy similar a la Noé Castañón Ramírez, otro expriista y político frustrado que, al igual que él, ha obtenido todos los cargos políticos y legislativos gracias a las influencias de su padre. Veamos.

Entre 2006 y 2008, Albores Gleason desempeñó las funciones de secretario de Fomento Económico y luego de secretario de Turismo y Proyectos Estratégicos, pero no por méritos profesionales porque no los tiene, sino por las negociaciones que su padre, Roberto Albores Guillén, hizo con el gobernador más corrupto que ha tenido Chiapas en la historia, Juan José Sabines Guerrero.

Si los Albores, padre e hijo, son desmemoriados, sepan que los chiapanecos sí tenemos memoria.

Dichas negociaciones surgieron en 2005. Cuando Albores Guillén, que por el hecho de ser priista tenía la responsabilidad moral de apoyar a los candidatos del PRI, especialmente al candidato al Gobierno del Estado en el proceso electoral de 2006, en lugar de ello operó políticamente a favor del candidato del PRD, es decir, Sabines Guerrero.

En los corrillos políticos se comentó que Albores le pidió a Sabines a cambio de ese apoyo cargos para su hijo. Así fue que Gleason fue nombrado secretario de Estado desde el primer minuto de esa administración. Así que ahí están los empleos de los que habla en su carta de renuncia.

Respecto al combate a la pobreza y la mejoría de la calidad de vida de su gente, se puede ver en el crecimiento de las empresas de su familia, que se dice recibieron importantes contratos con el gobierno de su padre y de Sabines Guerrero, empresas que ahora están siendo investigadas por su probable participación en el fraude contra Segalmex, tal como lo mencionamos en una columna anterior.

POR OTRO LADO

En otros párrafos dice lo siguiente:

“En el ámbito de mis competencias, siempre procuré honrar los principios y valores del partido, esforzándome por hacer del PRI una organización democrática, cercana y efectiva para la gente (…) Rememoro, por ejemplo, cuando obtuvimos la presidencia del PRI estatal mediante una elección directa con la base militante y los recorridos por años y sin descanso por toda la geografía chiapaneca”. ¡Ajá! Me tapo un ojo, me tapo el otro, y nada que ver.

Si no mal se recuerda, Albores Gleason fue exhibido en tres ocasiones durmiendo en plena sesión en el Senado de la República, escaño que obtuvo por el PRI. ¿De dónde saca entonces que trabajó sin descanso?

Respecto a que honró los principios y los valores del partido, y que lo acercó a la gente y que llegó a la dirigencia estatal a través de la elección directa de la base militante, también es un embuste.

Llegó al liderazgo partidista por influencias de su padre y por la imposición de Juan Sabines Guerrero, jamás por el voto directo de los priistas. Y él lo sabe, y todos los priistas a los que ha querido engañar con su misiva.

Además, ¿cuál honró los principios del partido? Todo lo contrario, utilizó al instituto político para promocionar sus propios intereses. Muestra de ello es que buscó, con el respaldo del exdirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, y del exsecretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, quienes fueron sus compañeros en el ITAM, perpetuarse en el cargo hasta la definición de las candidaturas de 2018.

Por tanto, no hubo democracia durante su dirigencia, sino antidemocracia. Por eso se quedó durante casi siete años en el puesto y negoció su salida, ni siquiera con los priistas de Chiapas, sino con el gobierno de Peña Nieto, para que un personaje afín a sus proyectos políticos encubriera el descalabro financiero que le causó al instituto y que defendiera a capa y espada la candidatura que obtuvo bajo pactos en lo oscurito por la coalición que lo lanzó al Gobierno del Estado.

MÁS RIDICULECES

En otro párrafo, dice: “Hoy, algunas organizaciones políticas tradicionales que prometen cambio no practican la democracia, no trabajan con la gente ni con liderazgos genuinos comprometidos con impulsar una transformación. No buscan ganar, sino administrar sus derrotas”.

Pero, ¿quién es él para habar de liderazgos comprometidos y de trabajar con la gente, si en todos los cargos que ha desempeñado ignoró los reclamos de la sociedad y estando al frente del PRI sus abusos de poder ocasionaron que verdaderos cuadros priistas, quienes sudaron la camiseta y pusieron en alto el nombre del viejo partido, abandonaron su militancia?

Es más, carece de autoridad moral para acusar a otros de “administrar sus derrotas”. Pues él, al perder la elección de 2018, huyó del estado y del país. Abandonó a la gente que lo apoyó, a los priistas que hicieron campaña con él, a los que votaron por él y no tuvo la dignidad ni el valor moral para hacer una gira de agradecimiento a la militancia. Inclusive, muchos de ellos ya no están en las filas del tricolor y al respecto tampoco se pronunció.

Para mayor ridículo, entrega su carta de renuncia cuando desde el año 2019 ya no pertenece al PRI. Desde ese año, no ratificó su afiliación al partido que le dio todo, posición económica incluida.

LE HIZO UN BIEN AL PRI

En fin, esta carta de renuncia exhibe de cuerpo entero al narcisista que es Roberto Albores Gleason, quien tiene un concepto de sí mismo que nunca tendrá. No es un buen político, no fue un buen candidato y ni por asomo es una persona con firmes ideales.

Y es tanta su egolatría que no se dio cuenta que con su renuncia beneficia al PRI, organización política que necesita sacudirse a gente como él que sólo ha utilizado las siglas para alcanzar y lucrar con el poder.

yomariocaballero@gmail.com

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