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La respuesta de Albores Guillén y, por supuesto, la mía

Letras Desnudas

Mario Caballero

Existen tantos problemas que aquejan a nuestro país, tantos temas que merecen ser analizados o, por lo menos, comentados (rezago educativo, corrupción, abusos de poder, obras inconclusas, manejo deficiente de los recursos públicos, militarización, nexos de funcionarios con el crimen organizado, desabasto de medicamentos, persecución política a integrantes de la oposición, ataques a los órganos autónomos, etcétera), que es una lástima dedicarle una de mis columnas a responderle a Roberto Albores Guillén. Pido una disculpa, pero tampoco puedo dejar que el exgobernador me califique de falso sin que yo diga algo.

DERECHO DE RÉPLICA

Antes que nada, transcribo (con todo y errores ortográficos) la carta que Albores Guillén envió a mi director Gerardo Toledo Coutiño en respuesta a mi columna titulada Los Albores y Segalmex, que publiqué en este espacio el viernes pasado, en la que exhibí que dos de sus empresas están en la lista de proveedores de Segalmex y que son investigadas, junto con otras, por su probable participación en el fraude a esta dependencia por más de 15 mil millones de pesos.

La carta dice así:

Estimado Gerardo, en tu importante periódico Diario de Chiapas, Mario Caballero, en su columna Letras Desnudas, le proporcionan información dolosa y falsa sobre supuesta relación de alguna empresa nuestra con Segalmex. En forma clara y contundente rechazamos el infundió: no tenemos ninguna relación con esa institución, ni con ninguna empresa del gobierno.

Reiteró, a Mario le han dado información falsa que lesiona nuestro prestigio y al libre ejercicio de la libertad de expresión.

Soy un hombre de palabra, lo que afirmó lo sostengo con hechos y, por supuesto, si existe alguna duda sobre mi afirmación, le pediría a Marío presentar la o las constancias de nuestra supuesta relación con Segalmex. No existen. Es una falacia, un golpe bajo. Están viendo fantasmas en las tinieblas. Están adelantando vísperas de lo que viene.

Sin embargo, el golpe está dado, se vale rectificar, porque me asiste la razón.

Agradezco la atención que se sirvan darle a esta aclaración.

Tu amigo. Lic. Roberto A. Albores Guillén.

Cmex, 6 de mayo del 2023.

            Hasta ahí la respuesta del ex mandatario.

ALGUNAS PRECISIONES

No es la primera vez, y sospecho que tampoco será la última, que Roberto Albores Guillén responde a alguno de mis artículos. Lo ha hecho de manera directa con este autor a través de llamadas telefónicas, por WhatsApp o, como ahora, dirigiéndose mediante una carta al director de mi casa editorial.

Y lo ha hecho por las críticas que le he realizado sobre su comportamiento cínico y oportunista o por su intromisión en los anteriores procesos electorales en Chiapas, en los que ha buscado siempre impulsar candidaturas que beneficien sus intereses personales y las de su hijo Roberto Albores Gleason.

También por los artículos de opinión que ha publicado en la prensa nacional, en los que quiere demostrar dotes de gran estadista, y por sus reflejos contra las decisiones y políticas públicas tomadas por el Gobierno Federal, pues alguien como él que ha estado involucrado en escándalos de corrupción, tráfico de influencias y autoritarismo es el menos indicado para cuestionar a ningún gobierno, partido o gobernante. Peor aún, para dar consejos de gobernabilidad y legalidad.

Reconozco, y él lo sabe, que, así como lo he cuestionado, tanto a él como a su hijo “el cachorro”, quien después de muchos años no ha aprendido todavía a ser un verdadero político, también he destacado algunas de sus intervenciones públicas, especialmente las que proponen una que otra solución a la vasta problemática social, aunque, a decir verdad, han sido las pocas.

Dicho esto, y al haber cumplido cabalmente al darle un espacio para su derecho réplica, vayamos a mi respuesta.

¿ACLARACIONES?

Como todos pudimos leer, Albores Guillén no aclara nada en su carta.

Dice, primero, que me han proporcionado información dolosa y falsa sobre la relación de dos de sus empresas con Segalmex, a lo que respondo que mis datos provienen de fuentes de adentro de la misma institución y de amigos periodistas que están metidos en este caso de desvío de recursos públicos que es el más grande que ha sido documentado en nuestra era.

Luego refiere que por esa “información falsa” he lesionado el prestigio de él y de su hijo, así como el ejercicio de la libertad de expresión.

Pregunto: ¿de qué prestigio habla?

Alguien como él que fue expulsado de su partido, el PRI, por violentar los estatutos partidistas al apoyar abiertamente la candidatura de políticos de otros partidos, como la de Juan Sabines Guerrero (PRD) en 2006 por el Gobierno del Estado; que durante su gobierno (interino) fue acusado de enriquecimiento ilícito, corrupción y mal uso del ejercicio público; que persiguió, atacó y desmanteló municipios autónomos zapatistas a través de operativos violentos y que utilizó el poder para beneficiar a sus empresas familiares, ¿qué prestigio puede tener?

Por otro lado, la libertad de expresión no se lesiona al criticar, cuestionar o revelar información sobre acciones o conductas deleznables de nuestros actores políticos, como es el caso. Todo lo contrario, la fortalece y enaltece la democracia y la pluralidad. Además, que enriquece el debate de las ideas.

En lo que respecta a su solicitud de que yo presente la o las constancias de la relación de sus empresas con Segalmex, petición que dicho sea de paso hace con la clara intención de curarse en salud, le diré al exgobernador que, dado que la investigación sobre el fraude contra esta institución gubernamental está todavía en proceso, no podré hacerlo en este momento para no afectar el debido proceso. A diferencia suya, soy respetuoso de la legalidad y las garantías procesales.

EXORCISMO

Por tanto, no es una falacia la información y los cuestionamientos vertidos sobre la probable participación de sus negocios en el desfalco a Segalmex, ni un golpe bajo. Tampoco estoy viendo fantasmas en las tinieblas y mucho menos me estoy adelantando a las vísperas de lo que viene, donde él y su hijo que “ni se asusta ni se raja” son y serán irrelevantes.

Aclarado esto, respondo al exgobernador Albores Guillén, quien me tilda de falso, que no me pongo el saco. Soy, eso sí, un periodista que ejerce su libertad de expresión basada en hechos concretos e información verificable, que llama las cosas por su nombre y que para ello aporta datos, así sean incómodos.

Termino diciendo lo que más o menos comenté en este espacio hace unos días, que esta carta de Roberto Albores Guillén sólo confirma que es un político que habla desde sus prejuicios, sus rencores y la frustración de no ver a su hijo sentado en la silla gubernamental.

Y que por medio de ésta quiere hacer una suerte de exorcismo, es decir, sacarse a sus propios demonios. Sí, tratar de esconder la legión de acusaciones en su contra, que van de usar el poder, sus relaciones y sus influencias en beneficio propio y vivir en la impunidad. Pero no podrá, pues como dice la Biblia, Satanás no puede echarse a sí mismo.

Twitter: @_MarioCaballero

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