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Mario Caballero
 
Pablo: Sabines, el gran saqueador

No lo dijo con esas palabras. Vaya, ni siquiera lo mencionó por su nombre en el video que publicó en redes sociales la semana pasada. Pablo Salazar fue muy pero muy elegante al señalar a Juan Sabines Guerrero de ser el responsable de la enorme deuda pública que prácticamente hipotecó la vida de tres generaciones de chiapanecos.
De Pablo Salazar se cuentan muchas cosas de cuando fue gobernador de Chiapas. Muchas de ellas, incluso, oscuras. Sin embargo, no se le puede negar que en cuestiones que tienen que ver con Juan Sabines, es una voz autorizada. Tiene autoridad moral para hablar y acusar a quien menciona en su video como “mi sucesor”, y por el simple hecho de que él mismo lo creó.
Pongamos todo en contexto. Un el metraje de menos de dos minutos, Salazar empezó por felicitar al gobierno de Rutilio Escandón Cadenas tras darse a conocer la noticia de que en lo que va del presente sexenio se ha logrado reducir la deuda pública hasta en un -2.6 por ciento, según cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Pero después de esos parabienes lanzó el duro señalamiento hacia su creación. El oriundo de Soyaló precisó que en el conjunto de esta información se dio un dato erróneo sobre que su gobierno había heredado una deuda por más de 881 millones de pesos. Lo cito:
“Durante mi administración no solamente no contrajimos un solo peso de deuda verificable en el Congreso del Estado, sino que además al final de la misma pagamos toda la deuda pública existente, que era de más de mil millones de pesos. ¿En dónde está la confusión? La SHCP registra como deuda pública la de toda la administración, sea estatal o sea municipal. En el caso concreto de Chiapas, en el 2006, hay una deuda de más de 800 millones, pero es deuda municipal, preponderantemente del gobierno de Tuxtla Gutiérrez, encabezado entonces por mi sucesor”.
Ciertamente, Pablo Salazar recibió el gobierno estatal con una deuda por más de 999 millones de pesos, y no existen registros de que haya contratado deuda. Por otro lado, también es cierto que los más de 800 millones que se le imputan a su gobierno son deuda de la capital chiapaneca.
Pues cuando Sabines asume la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez había un endeudamiento por 102 millones de pesos, que nunca pagó. Todo lo contrario, la aumentó ocho veces más.
Recordemos que Juan Sabines sólo estuvo en el gobierno municipal un año y cuatro meses, y en ese tiempo contrajo una deuda por arriba de los 775 millones de pesos. La primera deuda la contrató en 2005, a los pocos meses de haber protestado al cargo, por 375 millones. La segunda fue por más de 400 millones de pesos, que fue un crédito contratado por el Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Smapa), el 15 de diciembre del mismo año.
Este crédito fue contratado con BANOBRAS a un plazo de 20 años para la supuesta construcción de la “Ciudad del Agua”. No obstante, la obra es poco más que una obra fantasma, que en el mejor de los casos se sabía que venía operando muy por debajo de su capacidad. Mientras tanto, al dejar el Ayuntamiento (ya endeudado) también dejó a innumerables colonias de la ciudad con falta de agua potable, aunado a un deficiente sistema de drenajes, quiebra financiera en Smapa y un cúmulo de corrupción entre nóminas secretas originadas durante su gestión.
Ahí están los 800 millones de pesos de deuda pública que engloba y reporta la SHCP, pero que no son deuda del gobierno de Pablo Salazar sino del de Sabines Guerrero como alcalde capitalino. Y no es todo.
 
MÁS DEUDA
En el mismo video, Pablo Salazar lanza una acusación inclusive más fuerte que la anterior sobre el hijo desconocido del “Ciclón del Sureste”, Juan Sabines Gutiérrez, y volveré a citarlo:
“No solamente dejó endeudada a la capital sino al pueblo de Chiapas con más de 20 mil millones de pesos, que hoy con mucho sacrificio, pero con gran responsabilidad, esta administración está pagando puntualmente”.
Dejemos a un lado, por el momento, los motivos por los que Pablo Salazar salió públicamente a hacer esta serie de precisiones y señalamientos, y vayamos al punto.
Como hemos dicho, el gobierno de Salazar no contrató ningún crédito en todo el sexenio, por lo que obviamente Sabines recibió el estado con cero deuda. Pero al término de su administración había convertido a Chiapas en el segundo estado con el segundo endeudamiento público de crecimiento más acelerado y más grande de todo el país, logrando pasar de cero pesos en diciembre de 2006 a 19 mil 738 millones en diciembre de 2012.
Sabines tuvo una carrera meteórica. En alrededor de cinco años pasó de diputado local (2001) a presidente municipal (2005) y de ahí a gobernador del estado (2006). No tenía experiencia en la administración pública y en los cargos que había ocupado antes de asumir la gubernatura no demostró capacidad, lo que sí tenía, claro está, era mucha ambición, lo que tal vez no bastaría para explicar cómo es que durante su primer año de gobierno endeudó a Chiapas por más de 5 mil millones de pesos. ¿Dónde está ese dinero? ¿En qué lo invirtió?
Para 2008, Chiapas presentaba una deuda por 5 mil 394 millones. En 2009, ascendió a 7 mil 782 millones y en 2010 era de 7 mil 239 millones de pesos. Pero esa pequeña reducción no significó que la situación fuera a componerse, ni siquiera fue un respiro, ya que en 2011 la deuda pública estatal alcanzó los 16 mil millones y, para el último año de la administración sabinista, el endeudamiento del estado llegó a los 19 mil 738 millones de pesos.
Repito: ¿en qué se fue ese dineral? ¿Dónde está invertido? Francamente se desconoce. Lo que sí se sabe es que esos préstamos que contrató Juan Sabines con la banca de desarrollo trató de justificarlos como “inversiones públicas productivas”, es decir, construcción de carreteras, escuelas, clínicas, hospitales, puentes, etcétera, que nadie vio.
Es más, el nivel de depredación y de descomposición financiera en que “el colocho” metió a Chiapas puede verse con toda claridad en el último préstamo que le solicitó al Congreso del Estado en septiembre de 2012, meses antes de entregar el cargo.
El crédito que había solicitado era de 5 mil millones de pesos, que según serían usados para “garantizar el cierre de la administración y el arranque de su sucesor”. Dicha iniciativa se llamó “Decreto por el que se constituye el fideicomiso para el cierre e inicio de la Administración Pública Estatal”.
Sin embargo, debido a los jaloneos en el Congreso local, los diputados terminaron aprobándole un crédito por más de 3 mil 700 millones de pesos, pero que simplemente desaparecieron, pues cuando el exgobernador Manuel Velasco Coello asumió el cargo tuvo que solicitar un nuevo préstamo para poder solventar no la deuda con los proveedores, no los intereses de los créditos de años anteriores solicitados por Sabines, sino para pagar los sueldos y aguinaldos de los trabajadores del estado, porque ni para eso dejó dinero el hoy cónsul en Orlando, Florida.
Pablo Salazar no calificó a Juan Sabines como el gran saqueador de Chiapas, pero al ver esto sabemos que sí lo fue.
Mañana abundaremos sobre el saqueo y corrupción de Juan Sabines Guerrero.
 
yomariocaballero@gmail.com

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