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Opinión y Propuesta

Andrés Vázquez López

En Etiopía, se premia como rey por un día y se le desposa con la joven más bella de la tribu bodi, al joven que haya alcanzado la mayor gordura. Con total respeto para la cultura de los bodi, ¿puede uno imaginarse una cosa así? Es decir, premiar a alguien por una característica de su cuerpo. Así, sin más.

Es como premiar al más alto, sólo por serlo. O al de ojos o cabello más claro, sólo por tenerlos de ese tono. Es decir, reconocer a alguien por tener una característica física inherente a sí mismo; o sea, sin haber hecho nada para tenerlo. Por lo menos en el caso de los bodi, la gordura tiene un simbolismo cultural.

Bueno, pues así de absurdo suena el darle una candidatura a alguien sólo por alguna característica física… O en razón de su género, por el simple hecho de tenerlo. Y es que eso fue precisamente lo que hizo Morena con las candidaturas de algunos de los estados cuyas gubernaturas estarán en disputa. Destaca el caso de la ciudad de México, donde finalmente la candidata a la Jefatura del Gobierno capitalino, será Clara Brugada.

Y claro que la señora Brugada es una excelente candidata. Una mujer preparada, con amplia trayectoria dentro de Morena y con buena experiencia de gobierno. Muchos ciudadanos de Iztapalapa, la alcaldía más grande de la capital y también la más densamente poblada; dan buenas referencias de su gestión al frente de la misma. Y por increíble que parezca, ninguna de estas buenas credenciales de la hoy candidata se tomaron en cuenta para elegirla. Sino que alcanzó la candidatura por su condición de mujer. Así nomás. Omitiendo en los hechos, todas las demás fortalezas que pudiera tener. Y todo por un concepto mal entendido de paridad.

Cierto es que las mujeres han sido relegadas no sólo de la política, sino también de prácticamente cualquier otro espacio de desarrollo y liderazgo: La empresa, la religión, el deporte, obviamente la administración pública, etc… Pero la manera de integrarlas en todos esos espacios, no es a través de una camisa de fuerza, que obligue a dárselos sin más. Como una cuota. La forma correcta de hacerlas parte de esos y todos los espacios de desarrollo, es poniendo piso parejo. Es decir, poniendo reglas claras y haciéndolas cumplir. Reglas donde se tomen en cuenta aspectos como su preparación académica, su desarrollo profesional, su experiencia en el servicio público, su hoja de vida, destacando aspectos como sus valores como la honestidad y el liderazgo, etc… Porque lo que vimos en Morena fue un concurso de popularidad mal diseñado, que terminó con el triunfo de quien no ganó, ¡menuda la cosa!

Se hace un flaco favor a las mujeres, cuando se establecen cuotas para dizque darles espacios, porque es otra forma de simulación, puesto que en la realidad se les sigue manteniendo al margen. Y si Morena o cualquier otro Partido Político quisiera de verdad, seleccionar candidatos que representen mejor la amplia diversidad de nuestro país, debería pensar cómo seleccionar candidatos indígenas o LGBTTTQ+, candidatos ricos y pobres, candidatos con cualquier tono de piel, candidatos con y sin religión, candidatos hombres, mujeres y transgénero, candidatos jóvenes y mayores, candidatos con alguna discapacidad; etc… Eso sí fortalecería su democracia interna y la representación política de nuestro país.

Ojalá que sí.

Además, opino que es necesario e importante, generar políticas públicas educativas, en relación al cuidado, protección y preservación del ambiente.

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