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Opinión y propuesta

Mtro. Andrés Vázquez López

Cumpliendo fielmente la tradición, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se apersonó la noche del pasado 15 de septiembre, en el balcón central de Palacio Nacional, para dar el Grito de la Independencia.

A lo largo de los años, los sucesivos presidentes de la República, le han puesto a sus respectivos Gritos, su muy particular toque personal. No es la excepción del actual mandatario.

Vale la pena recordar, que, pese a que hay varias versiones, los historiadores coinciden en que el cura Hidalgo, gritó más o menos algo así: “Viva América, viva la religión y muera el mal Gobierno”. Aquél Grito, fue el acto fundacional con el que el Padre de la Patria, inició la guerra de Independencia, que le costó al país entre 250 mil y medio millón de muertos.

Por lo menos desde que un servidor tiene memoria, no recuerdo haber escuchado a ningún presidente de la República, incluir “mueras” en su arenga. Pero ahora fue el caso.

Intercalados en los veinte “vivas”; el presidente incluyó tres “mueras”, que volvieron al de hace unos días, un Grito muy raro. Mueras a la corrupción, el clasismo y el racismo; fueron cada uno de los que incluyó el presidente y lo primero que se nos viene a la mente, después de haberlo escuchado y salir del estupor; es que alguien en comunicación social de la Presidencia, no hace nada bien su trabajo. ¿Qué nadie revisó el texto de lo que el presidente iba a gritar? ¿O de plano se trató de una ocurrencia espontánea del mandatario? En el primer caso, si nadie revisó el texto, mal. ¿Era muy difícil cambiar la redacción de “Muera la corrupción” a “Viva un México sin corrupción”? Y así lo mismo con el caso del clasismo y del racismo… Y en el segundo caso, si fue una ocurrencia presidencial del momento, pues peor. Alguien debe hablarle al presidente sobre la importancia que tiene la forma como estructura sus mensajes. Y bueno, quizá podría pensarse que la redacción no es importante y el mensaje es el mismo. Pero no. Y es que, en política, fondo es forma y viceversa. Y en este caso, darles un giro positivo a esos tres mueras y convertirlos en vivas, hubiera mandado un mensaje de esperanza y unidad. Casi como una directriz. Casi como decirle a los mexicanos en su mayor fiesta nacional “Trabajemos por un México sin corrupción (O sin clasismo o sin racismo)”. Como ha sido una de las principales banderas de este Gobierno.

Porque, piénsese con detenimiento: ¿Quién podría estar en contra de eliminar la corrupción, el clasismo o el racismo de nuestro país? Objetivamente, nadie.

Considérese, además, que parte del rol presidencial como Jefe de Estado, es la de promover la unidad entre todos los mexicanos. Se simpatice o no con sus ideas. Y en ese sentido, hacer algo tan simple como cambiar la redacción del Grito, habría ayudado mucho. Recordemos igualmente que la Oposición, sin mucha autocrítica para variar; acusa al presidente de ser factor de división entre los mexicanos (Cuando, por cierto, pecan de lo mismo). Razón de más ésta última, para repensar los mensajes del presidente y sin claudicar de los principios, plantearlos positivamente.

Por el bien del país, ojalá que sí.

Además, opino que es necesario e importante, generar políticas públicas educativas, en relación al cuidado, protección y preservación del ambiente. Adicionalmente, expreso mi solidaridad con las familias de las mujeres que han sido violentadas en nuestro país y me uno a su exigencia de justicia para ellas.

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1 Comentario

  • Jorge Flores 22 de septiembre de 2022

    Coincido totalmente.
    El mensaje del mandatario es totalmente controvertido. Por el bien del país, ojala y los mensajes que manda sean reales, sinceros y adecuados.

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