* Vecinos de Laureles en Tapachula piden remover oficinas debido a la contaminación, inseguridad y caos generado por la falta de organización de la Comar
José Cancino
Tapachula.-Vecinos del fraccionamiento Laureles II en Tapachula, marcharán este sábado para exigir al gobierno mexicano la reubicación de las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados ( Comar), debido a que representa un foco de contaminación e inseguridad en esta mancha poblacional al oriente de la localidad.
Al respecto, Rosario Santos, habitante del sector, expuso que este problema persiste desde agosto de 2022, cuando comenzaron a asentarse las instalaciones de la comisión de refugio, pero sin sanitarios ni puntos estratégicos de descanso para los miles de extranjeros que no tienen un techo.
“No hay baños, no hay donde duerman y utilizan calles, banquetas, camellones, portones de las casas y los patios baldíos como baños.
Explicó que este sábado 7 de enero realizarán un bloqueo de calle a las siete de la mañana, por lo que caminarán desde el parque de Laureles hacia la avenida central oriente, donde protestarán hasta que sean atendidos por las autoridades de los tres órdenes de gobierno.
Gisell Ruiz, otra lugareña afectada, explicó que el desorden que generan los migrantes sin ser reordenados por funcionarios de la Comar, afecta a, por lo menos, 250 familias que viven alrededor de este mercado improvisado como módulo de atención.
La también doctora agregó que debido a las aglomeraciones de personas, existen documentos y datos del registro de casos de enfermedades diarréicas en niños menores de cinco años; tuberculosis pulmonar, paludismo, entre otras enfermedades que alarman como sociedad en general.
“Estos campamentos no deben estar cerca de conjuntos habitacionales y deben ser removidos a lugares estratégicos, existen esos lugares y la situación es grave si hay enfermedades, inseguridad y contaminación, no solo para nosotros, también para los migrantes”, subrayó.
Gloria Calderón, quien vive a unos pasos del mercado de Laureles, afirmó que recién regresó de vacaciones y al llegar a su hogar percibió los hedores insoportables, ya que su jardinera y un patio baldío aledaño ha sido utilizado como sanitario.
“No hemos querido ni cocinar por la pestilencia, eso me mantiene estresada, los olores son insoportables y puede acarrear enfermedades, más ahora que no llueve y no hay forma que eso se lave”, dijo.
Hasta entonces, el sitio se ha convertido en una zona insalubre e insegura, debido a que la desesperación de los migrantes los ha llevado a tener peleas, aunado a la desorganización que existe y contaminación.
