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Roberto Fuentes Cañizales
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas
Quienes tenemos alrededor de los 70 años, pertenecemos a la llamada generación del esfuerzo. Nuestros padres, en su momento, realizaron grandes sacrificios y dedicaron parte de sus recursos con la finalidad de brindarnos un mejor futuro. La base de esta formación fue sin duda, inculcar valores en nuestras vidas: Disciplina, ahorro, respeto y sobretodo la buena preparación, no solo académica, sino también en aprender y desarrollar oficios que nos permitieran salir adelante.
A pesar que en aquellos tiempos, muchos jovencitos “agarraban” responsabilidad y formaban hogares a muy temprana edad, pues la “moda” era que a los 17 años ya tuvieran hijos. Con trabajos honrados y mucha dedicación, estas familias de una u otra manera, salían adelante.
Con el paso de tres o cuatro generaciones, en el pecado obtuvimos la penitencia y hasta la sentencia. Pues las familias de manera general, comenzamos a pensar y actuar en darles mayor bienestar a nuestros hijos, para que “no sufrieran” como nosotros. En el afán de brindarles mejores comodidades, no nos medimos en nuestras actuaciones y comenzamos a criar elementos dependientes y casi “inútiles” que no producían, pues no trabajaban ‘porque estaban en edad de estudiar’ o los justificábamos con los argumentos más sencillos como: “Pobrecito, amaneció cansado o es muy temprano para el niño”, aunque ese niño ya contara con 17, 19 años o más.
Por fortuna, aún quedan algunos individuos que practican la Cultura del Esfuerzo y la Dedicación como parte de sus actividades y así, escapan de las voraces fauces de la “modernidad”, con tantos distractores y atractivos que realmente absorben las mentes y cuerpos de nuestra juventud, que prácticamente desperdicia gran parte de sus vidas frente a un televisor, una computadora, una tablet o su celular, que desde muy pequeños manejan con maestría.
Aun contamos con brillantes jóvenes que se dedican de manera voluntaria a la preparación en Grado Eminente de sus actividades escolares y deportivas. Así, destacan con honores y logran grandes satisfactores para la familia, para la ciudad, el estado y el país.
Con esfuerzos y recursos propios, logran grandes triunfos en las áreas académicas y deportivas, como el caso de Grecia Paulina Ruiz Álvarez, jovencita de 15 años que en Tenis de Mesa ha logrado participar en torneos de gran impacto, con unas 40 medallas en su haber. En 1917, Nacional de novatos en Delicias Chihuahua, con bronce por equipo; 2018, Juegos Escolares en Nayarit, con bronce individual y Seleccionada Nacional para los Latinoamericanos, en República Dominicana; 2021, Seleccionada Estatal para los Nacionales CONADE en Cancún, con plata y pase al Nacional CONADE, en Jalisco, con bronce por equipo; 2022, Seleccionada Estatal para los Nacionales CONADE en Veracruz, oro por equipo y pase al Nacional CONADE en Jalisco, con oro por equipo y bronce individual y por último, Juegos Nacionales CONADE en Hermosillo Sonora, con 3 medallas para Chiapas: Plata, en Equipo; Bronce, dobles y Bronce individual. Con clasificación a los Panamericanos en Ecuador 2022.
Competencias que aun llevando la bandera y representación del municipio, del estado y hasta del país, no encuentran verdaderos apoyos en las instituciones y en ocasiones, dependen de los amigos y familiares para cubrir los gastos que originan el transporte, hospedaje y alimentación.
¡Gracias, Grecia Paulina, continúa adelante pues Chiapas está en deuda contigo!
Honor a quien honor merece y muchas bendiciones para tu vida.

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