20 de agosto de 1967
A 53 años de la masacre de Copreros en Acapulco
Dr. Gilberto de los Santos Cruz
En el Estado de Guerrero uno de los más afectados por la miseria, el analfabetismo, la inseguridad y la represión Gubernamental, se consumó otro de los asesinatos masivos el 20 de agosto de 1967, cuando 800 delegados de la Unión de productores de Copra UPC se habían unido a deliberar acerca de un impuesto destinado al sostenimiento de su organización y para elegir democráticamente a sus representantes ya que el supuesto dirigente y cacique Jesús Flores, apoyado por el Gobierno Local poco hacía por defender los intereses de sus agremiados. Por ello este 20 de agosto se cumplieron 53 años de la matanza de copreros ocurrida en el puerto de Acapulco, cuando los productores de coco de las Costas de Guerrero buscaban un aumento de 3 centavos en el kilo del precio de la copra (médula del coco de la palma).
Jorge Luis Salas, quien es el apoderado legal de la coprera, narró que, en ese tiempo, año 1967, el kilo de copra se los compraban a los productores en 50 centavos. Ellos pedían un aumento de 3 centavos por kilo y comenzó el movimiento de protesta.
Asegura que en ese tiempo el control de la coprera lo tenía Rosendo Ríos Rodríguez y por parte de los inconformes el dirigente era el maestro rural Florencio Encarnación, originario de Tixtla, quien había llegado como maestro al municipio de Coyuca de Benítez, y al ver cómo eran explotados los copreros, los comenzó a organizar.
“El maestro no vino a la manifestación, pues fue detenido y encarcelado dos veces por organizar a los productores de copra y pensaron que lo mejor era que no fuera a la protesta”.
Jorge Luis Salas menciona que en esos momentos Vietnam era un fuerte productor de coco y sus derivados y posteriormente México entró a ocupar ese lugar por los conflictos en los cuales se vio envuelto Vietnam.
“Mi padre era socio de la coprera, que era una sociedad cooperativa. Ese día no fue a la protesta, pues fueron a pedir la mano de mi hermana y se tuvo que quedar en casa. Si él hubiera estado en Acapulco, seguramente lo habrían matado, pues era uno de los líderes inconformes”.
Dice que la lucha duró cerca de dos años y finalmente, cuando el 20 de agosto de 1967 decidieron realizar la toma del edificio de la Unión Regional de Productores de Copra, que se ubica en la Avenida Ejido, esquina con la Calle 6, ocurrió el fatal ataque que oficialmente dejó 35 muertos. Sin embargo, Enrique Ávila Carrillo señala que fueron 80 los muertos y una gran multitud de heridos y varios detenidos, entre ellos el Dirigente de los copreros inconformes y Diputado Federal César del Ángel, sin que hasta hoy se conozca alguna acción penal en contra de los asesinos.
“La marcha salió de Mozimba, con rumbo a Ejido hasta llegar a la Calle 6 a unos metros de llegar al edificio, los manifestantes, unos 2 mil, se detuvieron para realizar un mitin. Venia gente de la Costa Chica, de la Costa Grande y de Acapulco”.
Afirma que en el edificio de la cooperativa coprera había hombres armados que el líder Rosendo Ríos Rodríguez había mandado a traer: “Eran matones profesionales, El Chante Luna, los hermanos Gallegos, El Zanatón y Celestino Luna eran algunos de los gatilleros”.
Unos días antes del enfrentamiento, la CNC mandó al diputado César del Ángel a que resolviera el problema, que mediara entre las dos partes, sin embargo, al ver la situación César del Ángel se puso del lado de los productores, por lo cual fue mal visto por los caciques que controlaban la compra de la copra.
Por este hecho, aparentemente, se dio la orden de matar al diputado, pues el día que ocurrió el ataque contra los copreros mataron a la persona de seguridad de César del Ángel. Dicen que el guardaespaldas estaba muy bien vestido y los gatilleros no conocían bien al diputado y lo confundieron con el representante de la CNC; su cuerpo quedó en la entrada del edificio.
En las fotos se ve gente desde la azotea del edificio disparando contra los manifestantes, en la entrada también había gente armada, con pistolas, con rifles M-1, mientras que los manifestantes no traían armas.
Aunque oficialmente se maneja la cifra de 35 muertos y 150 heridos por estos hechos, se habla de que mucha gente huyó y por temor a ser detenidos no acudieron al hospital para ser atendidos y muchos de ellos murieron en sus comunidades.
Platican que después de la balacera el diputado César del Ángel Fuentes se refugió en una casa cercana y salió tres días después, cuando ya todo se veía tranquilo y se fue a la Ciudad de México. Actualmente es el líder del Movimiento de los 400 pueblos.
Jorge Luis Salas afirma que después de esto los productores se fueron a la Ciudad de México a ofrecer copra y descubrieron que la estaban comprando a 3 pesos el kilo y en Acapulco los acaparadores se las pagaban a 50 centavos. “Desafortunadamente después de estos hechos no hemos podido organizarnos y cada quien vende su producto como puede”.
Por su parte, el profesor Eloy Cisneros Guillén, líder de la izquierda en Guerrero y quien ha apoyado muchos movimientos sociales en el estado, asegura que estos hechos no se deben olvidar, pues son agresiones contra la sociedad y a 53 años de lo ocurrido no hay una sola persona detenida por lo ocurrido.
Acusó al exgobernador de Guerrero, Raymundo Abarca Alarcón, de ser el personaje que llevó a cabo los peores actos de represión en la historia de Guerrero: “Fue en su gobierno cuando ocurrió la matanza de los copreros en Acapulco, también en febrero de 1970, un exjefe policiaco lo señaló de haber dado la orden, unos años atrás, de matar al líder popular de colonias de Acapulco “Alfredo López Cisneros”.
Cisneros Guillén asegura que, aunque en este momento la copra tiene un repunte en su precio (la están pagando a 17 pesos el kilo), es necesario que el gobierno regrese su mirada al campo. “Los dulces de coco que son tan populares entre los turistas que vienen a Guerrero son hechos en Guadalajara, en Colima, cuando aquí lo que sobra es coco, pero la falta de apoyo no permite industrializar el coco en Guerrero”.
