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Aroma de Política

Rita Balboa

La realidad que pocos quieren aceptar, es que el PRI ganó perdiendo en las elecciones locales realizadas en el Estado de México y Coahuila el pasado cuatro de junio.

Sí, por ejemplo, en el estado de Coahuila, el PRI duplicó por votos segmentados, y por mucho, a Morena, quien solo alcanzó 279 mil 894 votos como institución, mientras, solo, con votos segmentados, el Partido Revolucionario Institucional obtuvo la arrasante cifra de 616 mil 466 votos. Más del doble.

Mientras que, en el Estado de México, donde los votos sí fueron contabilizados como coalición, Morena esperaba arrasar al partido tricolor en las urnas con un amplio margen, pero no fue así.

Las estadísticas que el tricolor logró obtener para diferenciar los votos obtenidos por cada partido de forma individual, nos arrojan que Morena obtuvo, como organismo político, 2 millones 187 mil 099 votos, mientras que el Revolucionario Institucional obtuvo la confianza en las urnas, de un millón 750 mil 795 electores a su favor.

Esto significa que a pesar de las denuncias que se exhibieron previo a los comicios el domingo pasado, donde señalan que el aparato oficial se volcó con todo en favor de la candidata a la gubernatura del Estado de México por el partido marrón, el PRI logró una alta votación que en términos llanos representa la mejor opción viable opositora que la ciudadanía considera, y que nos permite identificar la fortaleza que se tiene para los comicios en el 2024.

Pero ojo, si contabilizamos los votos que Morena obtuvo, solo, como instituto político, ni siquiera rebasa los 100 mil votos de diferencia en relación a los votos que el PRI obtuvo en ambas entidades federativas de forma individual, sin contabilizar los votos que añadieron los partidos con los cuales se coaligó en ambos estados, es decir, el PAN y el PRD.

Estamos hablando que esto apenas y representa el 3 por ciento de diferencia en votos entre el partido marrón y el tricolor. Esa sería la diferencia como partido entre el PRI y Morena con miras al 2024. Técnicamente salimos empatados.

De acuerdo con datos recolectados, sumando los votos de Coahuila y el Estado de México emitidos el pasado cuatro de junio, Morena obtuvo 2 millones 459 mil 932 votos contra una cifra muy cercana de votos del PRI de 2 millones 364 mil 737 votos. Reitero, esta diferencia representa apenas el 3 por ciento de los votos entre ambas entidades políticas, sin tomar en cuenta los votos adheridos que brindaron a ambos partidos las otras fuerzas coaligadas.

A menos de un año para que los mexicanos salgamos a votar por nuestro próximo Presidente de la República para el periodo 2024-2030, el PRI cuenta con una altísima votación que nos acerca mucho para retomar el poder que el partido tricolor perdió hace 5 años, y trabajar conjuntos para potencializar proyectos de nación que permitan a los mexicanos tener mejores oportunidades de desarrollo, seguridad, salud y justicia que tanto anhelamos como sociedad.

Los resultados son la única forma de medir el trabajo que cada persona, comunidad o institución tiene para formalizar su potencial, y es precisamente eso lo que permite conocer que la sociedad mexicana exige que retomen proyectos viables de nación, con mayor atención social, renovada y abierta a los nuevos caminos de cambio que el mundo inyecta.

El PRI y su militancia deben comprometerse en los hechos y con apertura a los reclamos sociales que cada vez, como lo demuestran los números que arrojaron las urnas, los mexicanos requieren para salir del bache en el que estamos metidos.

Los números no mienten y están a la vista de todos, hay un nuevo México que reclama verdaderos cambios en las políticas públicas que realmente atiendan las necesidades de los habitantes de cada rincón del país.

Estos meses serán determinantes para formalizar un trabajo, que permita retomar el timón de las decisiones políticas nacionales en aras de trabajar por tener mejores oportunidades de vida para todas las mexicanas y mexicanos, niñas, niños, adultos, discapacitados, madres solteras y muchos sectores que exigen una mejor calidad de vida.

Los números que arrojaron las votaciones de hace una semana tanto en Coahuila como en el Estado de México no son ilusiones, es una realidad, y eso es algo que no podemos perder de vista si queremos construir un México mejor para los próximos años.

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