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Letras Desnudas

Mario Caballero

Leí la entrevista que un medio de comunicación local le hizo a Aquiles Espinosa García en días recientes. Se trata, claramente, de una estrategia publicitaria para destacar la imagen de este priista que busca ser candidato de Morena a la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez, pero mediante el engaño. Por ética, omitiré el nombre del periódico y de los periodistas. No obstante, tengo que decir que la entrevista carece de todo rigor periodístico.

Ésta no aporta nada significativo, relevante, con la virtud de destacar la trayectoria de este político que ha hecho de todo, incluso acciones ilegales, por convencer al elector de que su proyecto es el mejor para la capital chiapaneca.

Es más, si el propósito era enaltecer la personalidad del entrevistado, logró el efecto contrario: resaltar la ignorancia de Aquiles Espinosa, su falsedad, su hipocresía, su falta de credibilidad pública y hasta su adicción al alcohol.

TRONCO DE ENTREVISTA

La entrevista empieza con una gran revelación, lo cual transcribo textualmente: (Aquiles Espinosa) “Quizá no sea un Enofilo, pero le gusta el vino, conoce de la bebida y sabe diferenciar los sabores entre el tinto y el blanco; se inclina por el tinto, aunque éste no tenga maridaje con el pescado”.

Por donde se vea, afloran las aberraciones ortográficas y el insulto a la inteligencia. Para empezar, tal como va el sentido del texto, enófilo se escribe en minúsculas y con acento en la “o”. Además, se debe estar seriamente atrofiado de la lengua para no poder distinguir entre el vino tinto y el blanco.

Lo más criticable, ¿dónde está el dato relevante, el que podría cambiar la opinión de los votantes a favor de Aquiles Espinosa? Yo no lo veo. Lo único que alcanzo a percibir es la desbordante falta de imaginación y de lectura del redactor del texto. Amén de la poca capacidad de los entrevistadores para darle un contexto más atractivo y de mayor interés a la entrevista.

He traído a mención ese párrafo sólo para demostrar la inexistencia de rigor periodístico. Pero mejor vayamos a las revelaciones más trascendentes.

FUERTES REVELACIONES

Primera: Aquiles Espinosa está “convencido de que la formación profesional educa, pero la formación personal es finalmente la conducta de cada ser humano”. Asimismo, “considera que aquello que se vive entre los cuatro y los 12 años son experiencias que marcan al individuo para toda la vida”.

No sé si lo que experimentamos entre los 4 y 12 años moldeen nuestra conducta para el resto de nuestra existencia. Ojalá que algún experto entre los lectores opine algo sobre el tema. Pero pensando que así sea, entonces es de suponer que Aquiles Espinosa tuvo una infancia y una adolescencia en medio de criminales, hampones y gente sin el menor respeto por las leyes. Porque su comportamiento actual es el de un político perverso, deshonesto y ruin.

Prueba de ello es su reciente desempeño como secretario de Movilidad y Transporte del Estado, cargo que ejerció entre denuncias por corrupción y enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias, nepotismo, abuso de autoridad, extorsión, entre otros. Y de que no respeta las leyes, sólo basta ver su campaña política anticipada, su exorbitante publicidad en bardas, lonas y espectaculares y la acusación de que la difusión de su imagen en redes sociales y páginas digitales es financiada ilegalmente con recursos del Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez. Esto sólo por mencionar algo.

Segunda: relata que “nació en un rancho de su abuela, en el municipio de Jiquipilas, en el que su padre sembraba maíz, era agricultor, y se dedicaba también a la ganadería”. Ahí –cuenta- tuvo un “acercamiento con el campo” y aprendió a “cuidar el entorno y sembrar árboles a las orillas de los ríos”. Después se mudó a Coita.

Ciertamente, no hay ningún impedimento legal para que Aquiles pueda ser presidente municipal de Tuxtla. Sin embargo, Tuxtla merece un tuxtleco.

Está comprobado que nadie hará más por cuidar y velar por los intereses de la casa que el que es de casa. Ahí está el ejemplo de Carlos Morales Vázquez, originario de Ocozocoautla, que en los seis años seguidos que ha estado al frente del gobierno capitalino no ha hecho más que buscar el beneficio personal y el de su propia familia. Se conoce que sus hermanos y sus sobrinos, o están incluidos en la nómina o han sido beneficiados con contratos de proveeduría y obra pública por adjudicación directa.

Por otra parte, desde que asumió la alcaldía incrementaron los índices delictivos en la ciudad. Destacando los asaltos a transeúntes, asaltos a mano armada, robo a casa habitación, robo a comercios y acoso a menores de edad, según datos de la misma Secretaría Pública y Tránsito Municipal de Tuxtla Gutiérrez. Otros organismos también hacen referencia al aumento en los delitos de género, como feminicidio y violaciones sexuales.

Por consiguiente, ¿qué podríamos esperar de Aquiles Espinosa que es de Jiquipilas y que para el colmo se formó políticamente al lado de los hermanos Morales Vázquez? De hecho, es el delfín de Carlos Morales.

Tercera: tiene 44 años de carrera política. Dio sus primeros pasos en la grilla estudiantil, según cuenta. Luego se involucró de lleno en la campaña de Plácido Morales Vázquez por la presidencia municipal de Coita, en la que estuvo “pegando postes con engrudo, voceos en la calle, pintando bardas y el contacto con la gente”. (No sabía que los postes se pegaran con engrudo).

Empero, en sus 44 años de trayectoria política ¿cuáles son sus resultados? O mejor dicho, ¿qué ha hecho por la población que quiere gobernar? Le respondo: nada.

Sobre este tema, hay mucha tela por cortar. Por ejemplo, lo farsante y mojigato de Espinosa García. Omite su larguísima trayectoria en el PRI, partido que le dio fama, cargos públicos, riqueza y al que hasta el momento no ha renunciado. Asimismo, no menciona que fue cargamaletas de Arely Madrid Tovilla, su madrina política, con la que fue señalado de desvío y malversación de recursos públicos durante su periodo como diputado en el Congreso del Estado. Y quiere hacernos creer que fue víctima política de Pablo Salazar, cuando es del dominio público que terminó en la cárcel a principios de los años dos mil por haber sido encontrado manejando un automóvil con reporte de robo.

Cuarta: dice ser bebedor social, pero que no se hace “de la boca chiquita” cuando consume whisky, tequila o mezcal. Dicho en castellano, se embrutece de alcohol cada vez que puede.

Quinta: le gusta el dinero y es admirador de Alejandro Magno, Julio César e inclusive de Gengis Kan, a los que considera estadistas y conquistadores.

Esta revelación es hasta para agradecérselo. De veras. Sólo que al decir que le gusta el dinero, también hubiera revelado de dónde proviene su fortuna, ya que su situación patrimonial no empata con el nivel de sus ingresos. Lo que ha reportado ante las instancias correspondientes no concuerda con su vida de lujos y excentricidades, con enormes camionetas, residencias y hasta prendas de vestir de la marca Salvatore Ferragamo, de la que un cinturón llega a costar hasta más de 20 mil pesos.

Y al llamarse admirador de Magno, Julio César y Kan, que no fueron estadistas sino hombres ambiciosos, sanguinarios, déspotas, que ordenaron matanzas por puro placer, Aquiles Espinosa declara que podría estar igual enfermo de poder que ellos.

yomariocaballero@gmail.com

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