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Nada para ofrecer, pero mucho por explicar

Letras Desnudas

Mario Caballero

Morena tiene un grave problema: se llama Sasil y se apellida De León Villard.

Ahora que se sabe que la veracruzana obtuvo la candidatura al Senado a través de negociaciones bajo la mesa con algunos líderes del partido gobernante después de que perdiera la candidatura al Gobierno del Estado ante Eduardo Ramírez Aguilar, es necesario insistir en que esta funcionaria no tiene nada que ofrecerle a los chiapanecos para elegirla como su representante en la Cámara Alta y sí mucho por explicar por los diversos señalamientos en su contra.

CHAPULÍN

Para empezar, ¿qué confianza puede inspirar en los electores si carece totalmente de ideología? Un actor político debe tener bien claro desde un inicio el pensamiento que regirá su conducta a lo largo de su carrera en el servicio público. Pero Sasil no tiene ninguna identidad ideológica.

Como lo mencionamos en una entrega anterior, empezó en el PVEM, luego saltó al Partido Encuentro Solidario, que la llevó al Senado de la República en 2018 y que perdió su registro en 2021 a nivel nacional, y ahora va por Morena. Es, por tal razón, una política “chapulín”.

Pero hay algo todavía más reprobable. Si de por sí el chapulineo en los políticos es un asunto que provoca indignación, sépase que Sasil de León no ha concluido un solo cargo desde que se inició en la política.

Vea usted. En 2013 fue elegida como diputada local por las siglas del Partido Verde. Tomó protesta el 16 de noviembre, pero no tardó en el cargo más que un mes y cuatro días, ya que solicitó licencia el 20 de diciembre de ese mismo año y así poder asumir como titular de la Secretaría para el Desarrollo y Empoderamiento de la Mujer durante el gobierno de Manuel Velasco Coello.

Para cualquier político con vocación de servicio, verdaderamente comprometido con la sociedad que le ha tocado gobernar y con la camiseta bien puesta, sería un alto honor fungir como secretario de Estado. Y lo ideal, al recibir tal dignidad, es culminar el encargo hasta el final de la administración. Salvo que el Ejecutivo estatal decida realizar un cambio en la dependencia.

No fue el caso de Sasil de León, quien dejó el puesto por sí misma un año y un mes después de haber sido nombrada. Inició el 20 de diciembre de 2013 y culminó el 20 de enero de 2015, ¿y por qué? Por brincar a otro puesto. Esta vez a una diputación federal.

En la Cámara de Diputados tampoco concluyó su periodo legislativo. La razón de que abandonara el cargo antes de tiempo fue porque había sido nombrada delegada federal del Programa Prospera en Chiapas por el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Esta última responsabilidad debió concluirla el 30 de noviembre de 2018, pero renunció pocos meses después de haber sido designada. Y no sólo dimitió al cargo, sino también al Partido Verde. Ergo, fue postulada en segunda fórmula por el estado de Chiapas por la coalición “Juntos Haremos Historia”, integrada por Morena, Partido del Trabajo y el PES, y a este instituto se afilió después de haber sido electa senadora.

OPACIDAD

De esta forma, De León Villard es la foto perfecta del póster que la oposición podría utilizar en su contra con la leyenda: “No se hagan bolas, Morena está plagada de chapulines”. Pero no sólo eso, también forma parte de ese sector de políticos que, señalados de corrupción y abusos de poder, ocultan su desmesurada riqueza.

Es del domino público que la familia de Sasil de León es dueña de una de las fortunas más grandes del estado de Chiapas, misma que comenzó a construirse desde que su padre Óscar de León González, alias “El Guasón”, fundó la Unidad Nacional Lombardista, organización considerada como criminal con la que cobraba carretadas de dinero a cambio de ejecutar todo tipo de atrocidades para el exgobernador Julio César Ruiz Ferro. Se cuenta, incluso, que esta agrupación está implicada en la matanza de Acteal.

No obstante, cada uno de los ocho hijos de Óscar de León ha hecho su propia riqueza, entre ellos Sasil, quien ha sido la que más ha destacado, con distintos puestos legislativos y administrativos en su carrera política.

En su declaración patrimonial como delegada de Prospera, en 2017, informó que poseía una colección de joyas de oro blanco de la marca Bulgari, un juego de diamantes de cuatro quilates y tres relojes Cartier, cuyos costos eran de 90 mil, 108 mil y 129 mil pesos.

Además, dijo tener dos casas, una de 338 metros cuadrados y otra de mil metros, que adquirió de contado y a través de un crédito, respectivamente, en los años 2006 y 2012.

Sin embargo, en su actual posición como senadora asegura en su declaración que no tiene bienes inmuebles, bienes muebles, ni vehículos, ni inversiones, ni nada. Ella que quiso ser candidata a gobernadora no tiene dónde caerse muerta. ¿Usted le cree? Yo no. Sobre todo, conociendo que ha sido denunciada por desvío de recursos públicos y hasta por un presunto desfalco de 685 millones de pesos a la Secretaría de Desarrollo y Empoderamiento de la Mujer por contrataciones irregulares y pagos a empresas fantasma.

LA PRINCESITA DEL NEPOTISMO

Con eso bastaría para decir que Sasil de León es un lastre para la rentabilidad de Morena y del movimiento obradorista, pero no podemos omitir su sello distintivo: el nepotismo.

Todos los miembros de su familia han alcanzado cargos públicos bajo esta práctica. Ahora que Sasil es candidata al Senado, lleva de suplente es su hermana Itzel Francisca a pesar de que el artículo tres de los estatutos de Morena establece que no permitirá el influyentismo, el amiguismo, el nepotismo, el patrimonialismo, el clientelismo y la perpetuación en los cargos públicos. Simplemente, le vale.

Ni hablar de sus hermanos, que están presentes en otros espacios de poder. Por ejemplo, Citlaly Isabel de León Villard es diputada local por el PES, y su suplente es su hermana Jessica Guadalupe.

Yumaltik de León, otro de los hermanos, es accionista de Narcia Servicem, compañía que Sasil benefició siendo titular de la Secretaría de la Mujer con contratos por adjudicación directa. Él también fue regidor de Tapachula.

Estefany de León, otra hermana, ocupó el primer lugar en la lista de plurinominales del PES e inscribió como su suplente a Jessica Guadalupe. Fitzgerald de León Villard fue candidato a regidor en Tuxtla Chico y en San Cristóbal de las Casas.

Por otro lado, su hermano Kalinamaya ejerció como diputado en la pasada legislatura en el Congreso del Estado y en la actualidad es el mandamás en el Partido Encuentro Solidario, además de ser titular de la notaría 202 en San Cristóbal.

Por si fuera poco, varios de ellos son socios de las empresas Sociedad de Producción Rural Transformación Industrial Agropecuaria del Sureste, que se dedica a la producción, acopio, comercialización y exportación de café, y las clínicas de rehabilitación para el tratamiento de adicciones “Vive Libre sin Drogas” y “Resplandece Seminary”, que ofrece seminarios, conferencias, talleres y capacitaciones.

Así el problema de Morena, con nombre y apellidos, que sin duda alguna le acarreará daños terribles a su credibilidad en estas elecciones. Pero sólo a este partido se le ocurre lanzar candidatos que no tienen nada para ofrecer y además impresentables. Irónicamente, criticaron tanto al PRIAN y terminaron haciendo lo mismo.

yomariocaballero@gmail.com

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