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Mercados públicos capitalinos sufren efectos de contingencia por Covid-19

Los mercados públicos de la Ciudad de México, que suman 329 establecimientos distribuidos en las 16 alcaldías de la capital, sufren los embates del descenso en la actividad económica derivada de la Fase 2 de alerta por Covid-19, lo cual ha derivado en el cierre de negocios y reducciones en ventas de hasta 80 por ciento.

El presidente del Frente de Comerciantes Colaboradores del Servicio Público de Mercados de México, Edgar Álvarez, señaló en entrevista para Notimex que las ventas en los mercados públicos de la capital bajaron al menos 60 por ciento, pero pese a ello, los locatarios no abandonan su actividad.

“Los locatarios están buscando maneras alternativas para poder establecer su comercialización. Por ejemplo están llevando pedidos a domicilio. A pesar de ello, la venta se vino abajo. Estamos en una situación muy complicada. A partir que se dio el anuncio de no salir de casa, de la Fase 2, la venta se terminó de caer en todos los mercados”, aseguró.

El Mercado Lázaro Cárdenas, ubicado entre Avenida Coyoacán y la calle Romero de Terreros, en la colonia Del Valle, se inauguró en 1956. Hoy en día cuenta con 450 locales, en los que es posible encontrar comerciantes dedicados a la venta de comida venezolana, española y poblana, así como a la mercantilización de artificios para la buena fortuna y a la reparación de casas de muñecas y de muñecas.

Uno de sus locatarios y propietario del restaurante “Del Plato a la Boca”, Manuel Gálvez Suchil, dijo a Notimex que las afectaciones de la pandemia a su negocio son mucho mayores, y estimó una reducción de entre 70 y 80 por ciento a sus ventas, lo que provoca que su negocio esté en crisis porque tienen varios empleados.

Pese a ello, consideró más importante la salud de sus trabajadores, la familia y la propia -él mismo se asume como un señor de edad—, por ello trabajaron hasta este domingo 29 de marzo. “Nosotros trabajaremos hasta este domingo. No sabemos cuándo reabriremos. Tenemos una preocupación muy grande por el dinero, sí; sin embargo se le va a pagar a los empleados. Y esperaremos lo que tengamos qué esperar para reabrir”, enfatizó.

Su situación no es la única en el “Lázaro Cárdenas”. Los puestos de tacos, quesadillas, en los que el mes pasado las personas comían de pie ante la falta de lugar para sentarse, ahora miran con sorpresa los asientos vacíos.

Los amplios pasillos, que atraviesan el mercado como una malla, se expanden con uno que otro cliente ocasional. Los meseros limpian las mesas con frecuencia, pero no por el cambio de comensales, sino para mantener la limpieza. Las cortinas de los negocios no están arriba, altivas, sino abajo, como una flor sin agua a la que le da el Sol.

Vía: Forbes

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