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“Sepultan” casos de intoxicación en Tapachula

  • Directivos y padres de la escuela federal número 1 se rehúsan a hablar del tema, a un mes de sucedido el primer caso masivo de intoxicación

José Cancino / Corresponsal Diario de Chiapas

Tapachula, Chiapas.- Silencio absoluto en la Escuela Secundaria Federal número 1, ni padres, maestros o directivos hablan del tema que todos tienen presente: intoxicaciones masivas.


El tema toma revuelo tras las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador en la conferencia mañanera, donde afirmó que las investigaciones continúan y se ha hecho una psicosis colectiva.


Pero en la federal 1, afuera, los padres y madres esperan a sus hijos en total silencio y se rehúsan a hablar del tema.

“Yo no sé nada, no han dicho nada, en realidad no estoy muy enterada del tema, fuera usted a preguntar allá adentro”, señala una mujer cincuentona que prefiere omitir opinión concreta alguna.


Y así sucede con varios padres, que en medio de la emergencia exigían respuestas y ahora callan. Nadie quiere hablar y poco a poco excavan el hoyo para enterrar el tema.


En el acceso principal a la escuela, un sujeto ataviado en ropa negra abre la portezuela y justifica que nadie puede atender y dar una respuesta.

“No lo sé amigo, mi trabajo solo es dar acceso y salida (…) ahorita no está la directora, no hay nadie que pueda atenderlo”, apunta.


Ha pasado un mes y dos días desde el primer caso de intoxicación en Tapachula, en esta misma institución, y hasta entonces, ni las autoridades encargadas de dar explicaciones de por qué resultaron intoxicados decenas de jóvenes, ni los padres de familia y directivos, quieren asumir que están frente a una emergencia.


Nadie sabe qué consumieron los estudiantes el 23 de septiembre y el 11 de octubre. Las clases se han normalizado y algunos mentores cuidan de los baños donde se dice fue el epicentro de esta contaminación masiva que puso en riesgo la vida de alumnos.


Solo una estudiante que ha omitido su nombre, pero queda constancia de su testimonio en una grabación, asume que alguien está suministrando drogas al interior de la escuela.

«Es un polvo que tiran al aire y luego lo disuelven en agua. Cuando yo entré al baño sentí ardor en la nariz y después comencé a marearme, a vomitar, pero ya estoy bien”, sostuvo.


Por último, se ha hecho el intento de hablar vía telefónica con la directora del plantel, María Iliana Elizabeth Choel Pérez, para conocer los “avances” en las investigaciones, pero ha enviado a buzón tras insistir en las campanadas telefónicas, mientras su personal niega el acceso a ella en el inmueble escolar.


Hasta entonces, sólo pláticas por parte de la Secretaría de Educación han sido impartidas a los alumnos de todos los grados de esta secundaria, pero nada de eso es suficiente hasta encontrar el origen de aquello que todos se niegan a hablar.

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