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Fentanilo, tema afín para las causas electorales

El problema de la distribución de las drogas de México hacia los Estados Unidos es mucho más grave que protagonizar desencuentros virtuales entre personajes políticos de ambos países por responsabilizar quién es el responsable de que el fentanilo se consuma en grandes proporciones entre los jóvenes estadounidenses.

La política de altura falla, lo hemos recalcado, cuando los dimes y diretes escalan hacia una dirección equivocada. Eso lo saben los protagonistas, como el propio presidente de México, Andrés Manuel López obrador y sus funcionarios que lo secundan en su diatriba contra legisladores demócratas y republicanos, así como de funcionarios del equipo de Joe Biden.

Ambas líneas saben, por el lado americano, por ejemplo, que el tema de las drogas es una buena oportunidad para buscar adeptos entre los migrantes mexicanos asentados en aquel país, rumbo a las elecciones presidenciales que sostendrán en noviembre de finales de año. De este lado, el discurso persuasivo es el mero mole del mandatario mexicano, que logra envolver en sus telarañas a sus oponentes.

Sin embargo, este problema no se trata de ver quién gana más adeptos o simpatiza más en redes sociales o medios de comunicación, no. El tema es sumamente grave porque con sus argucias, los políticos no asumen su responsabilidad que les corresponde para controlar la entrada de sustancias que permiten producir el fentanilo en laboratorios clandestinos.

Ni México ni Estados Unidos aceptan que las dos naciones tienen culpas compartidas en la enajenación y muerte de miles de jóvenes que consumen esta potente droga que sale mucho más impactante en sus efectos y más barata en sus costos que la propia cocaína.

Lo que, en esta corta historia del partido en el poder, Morena, nos ha enseñado, es que su terquedad para decir y hacer lo que les viene en gana en los asuntos políticos o temas de trascendencia en el país los ha llevado de una a otra derrota, que al final, podría concluirse que su estancia no será muy larga.

¿Por qué esta teoría? Por algunas razones que no se salen de contexto, sino al contrario, fortalecen lo dicho. Tienen paralizado al INAI; no descansaron de maldecir la inoperatividad del INE hasta que salió su titular, Lorenzo Córdova, y hoy, que llegó Guadalupe Taddei como su candidata, reina el silencio, sinónimo de que ya tienen controlada a la institución para las futuras elecciones, por lo menos esto lo aseguran sus adversarios. En Segalmex, donde hubo un mega fraude superior a los 15 mil millones de pesos, su principal actor sospecho, Ignacio Ovalle Fernández, está libre de toda culpa y hasta se desempeña en otro encargo institucional.

En el Instituto Nacional de Migración no hay funcionarios de primer nivel sancionados o investigados, a pesar de que hay 40 personas sin vida, tras el incendio hace casi dos semanas en una estación migratoria en Ciudad Juárez, Chihuahua; no hubo responsabilidad alguna contra las personas que han sido exhibidas recibiendo dinero en efectivo, como el reciente caso de la senadora por Morena en el estado de Campeche, Rocío Abreu y otros personajes que hoy son funcionarios de Layda Sansores San Román, gobernadora de dicha entidad.

¿Qué significa todo esto con el tema del fentanilo? Pues podría interpretarse que se desvía la atención para no afrontar con decisión a los cárteles que se dedican a esta ilícita actividad. ¿por qué no se accede a la petición de ayuda que ofreció el Estado americano, no con hombres armados, sino con equipos tecnológicos, de primer mundo, para dar con los escondites de los capos?

La otra medida que podría resultar eficaz es el congelamiento de todas las cuentas bancarias. Las instituciones de este ramo lo saben y éstas claro que se lo han notificado a la autoridad federal. Nadie debe sentirse engañado por la falta de pericia para combatir este flagelo, lo que pasa es que no hay la voluntad para hacerlo.

Esto último no es de este gobierno ni en esta administración, es un mal que se padece desde hace varios sexenios, donde la confabulación es la que tiene impedido al mandatario federal entregar buenos resultados.

Por ello, resulta hasta cierto punto, incomprensible que el presidente Andrés Manuel López Obrador anuncie de manera pomposa que ha mandado una carta a su homólogo de China para que frene la exportación de fentanilo. Si los envíos salen de aquella nación de manera legal porque el producto no está procesado o convertido como se consume de manera ilegal, entonces deben ser las autoridades aduaneras mexicanas las que tienen en sus manos resolver este enigma.

Limpiar de corrupción el trasiego que se realiza por tierra, mar y aire es la solución, pero la mirada no se enfoca en esta dirección, por lo que el problema continuará por mucho tiempo, a menos que este se traslade a otras naciones, como lo ha reportado Colombia, que los cárteles mexicanos han decido emigrar hacia otras naciones para no tener que enfrentar a los Estados Unidos.

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