El calor nos alcanzó, nos va a achicharrar
En las últimas semanas nos hemos enfocado en dar a conocer la situación alarmante que hay en México por la falta de agua en varias entidades del país, donde el registro de almacenamiento está por debajo del 50 por ciento.
Son 19 entidades y lo que es bueno resaltar es que ningún estado del sureste del país se encuentra en esta lista, lo que significa que todavía la madre naturaleza ha sido benévola con nosotros. Sólo el estado de Veracruz, una entidad donde también llueve mucho está en la lista negra, aunque una de las causas es que éste es un territorio donde están asentadas cientos de industrias, lo que provoca que el agua que corre por sus ríos y arroyos se está contaminando y secando conforme pasen los años.
Lo que llama la atención es el grave daño ambiental que el mundo está experimentando y la prueba de ello es que la Tierra superó por primera vez los 1.5 grados Celsius de calentamiento en 12 meses seguidos, temperaturas más cálidas que en la era preindustrial.
Es un dato que debe tomarse con toda seriedad por la sociedad y por las autoridades de gobierno, sobre todo para quien gane la presidencia de la República para este año, pues ya esta administración está por concluir y en lo que se refiere al cuidado del medio ambiente, no nos ha ido tan bien, ya que no ha sido un punto o tema que importe. Por lo menos eso dieron a entender en su política emprendida.
Por la importancia de la información que da a conocer el monitor climático europeo Copernicus, nos abocaremos a detallar lo que llama un “aviso brutal” el que el mes de enero haya sido el más cálido de la historia, pues pone sobre aviso que no hay más tiempo para que se tomen las medidas urgentes para limitar el cambio climático.
El término “aviso brutal” significa que no hay de otra: o se agarra el toro por los cuernos o empezamos a sufrir con mayor severidad el daño que se le hace al ecosistema.
La ola de calor del mes pasado se sintió en América del Sur, que ha “sufrido temperaturas récord e incendios devastadores en Colombia y Chile, con más de 130 muertos en la región de Valparaíso”.
“El Servicio Copernicus de Cambio Climático indicó que desde febrero de 2023 a enero de 2024 se registró una temperatura media 1.52 grados Celsius superior a la del período 1850-1900, algo que los científicos llaman una «advertencia a la humanidad». Así o más catastrófico nuestro presente por la mano destructora del hombre en el mundo.
Pero, claro, esta advertencia pasará de largo por el dominio que las potencias insisten en conservar o alcanzar en el mundo. Además, el resultado es, como lo decimos, tan grave porque no se logró superar la meta fijada en parís, hace nueve años, en 2015, cuando todos se comprometieron a superar la barrera de +1.5 grados Celsius.
No se trata de ser alarmistas, pero los expertos en la materia en el mundo así lo señalan, como Brian Hoskins, director del Instituto Grantham sobre el cambio climático del Imperial College de Londres, quien dijo que se está al borde del abismo. O lo que dice Johan Rockström, del Instituto de Potsdam de investigación del impacto del clima, quien señala que “es una señal muy importante y desastrosa».
Al ritmo actual de emisiones, los expertos de la ONU prevén que existe una probabilidad del 50% de alcanzar el umbral de 1.5 grados Celsius en el lustro de 2030-2035. Además, enero es el octavo mes consecutivo en el que se bate un récord de calor histórico para cada uno de esos meses, señala Copernicus.
Si la situación no está para preocuparse, acá están otros datos escalofriantes: “El calor no se ha circunscrito solamente a Sudamérica. Más allá de algunos episodios de frío y precipitaciones importantes en algunas partes del globo, el invierno boreal ha sido especialmente suave en el sur de Francia, en España o en partes de Estados Unidos, Canadá, África, Medio Oriente y Asia. La superficie de los océanos también está sobrecalentada, con un nuevo récord de temperatura media en enero de 20.97 grados Celsius”.
Ante ello, para frenar el aumento de temperaturas en el mundo hace falta una reducción rápida de las emisiones de gases de efecto invernadero como única medida para detener el aumento de las temperaturas en el mundo.
Si el pronóstico es que hay un 33% de posibilidades que 2024 supere este máximo histórico y un 99% que se sitúe entre los cinco años más cálidos de los registros, entonces la realidad nos habrá alcanzado, a pesar de tanta advertencia.
