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Editorial

López-Gatell se tiene que ir

El mismo día que México alcanzó la cifra de los 200 mil muertos por coronavirus, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, cargó contra la prensa y la acusó de “concentrarse en el lado más triste de la pandemia”. En realidad, lo triste es que él, en lugar de comportarse a la altura de la situación al ser responsable de la estrategia en la emergencia sanitaria, haya buscado desviar la atención para evadir los cuestionamientos sobre el desastre que vivimos por su culpa.

Ningún medio de comunicación lo acusa de que haya inventado el virus en un laboratorio, que sea el causante de la obesidad o de los rezagos en el sistema de salud. Tampoco nadie dice que él sea el responsable exclusivo del desastre. Pero es, sin duda, el responsable principal.

El presidente López Obrador lo presentó como la persona que diseñó la estrategia que ha resultado una catástrofe monumental y, por tanto, debe ser criticado, no por los medios y la prensa sino por todos los mexicanos, bajo los efectos de su fallida política.

Es mentira que los medios tengan “una afición por los números redondos cada vez que se completa una cifra”, o que la prensa, radio y televisión se “apropien” del dolor de las víctimas, o que se esté aprovechando la tragedia de las personas para fomentar una campaña mediática contra el presidente por “interés económico” o porque estamos “en contra de los cambios que están ocurriendo en esta etapa del Gobierno”, tal como lo dijo en su conferencia de prensa de hace dos días.

La realidad es que no podemos quedarnos callados. Si la prensa se queda muda, el mundo se queda ciego. El periodismo perdería su razón de ser al ignorar los asuntos de interés público y en su lugar hablar de que vamos “requetebién” y que en México somos “felices, felices, felices”. Sería una grave falta de ética y profesionalismo ponderar sobre las buenas intenciones del presidente cuando en el país hay miles de personas muriendo porque ahí, en el Gobierno, las cosas se están haciendo mal.

Sugestivamente, esta administración le ha pedido a la prensa que se atenga a lo que el Gobierno diga. Algo parecido a hacer una confesión de fe. Por eso hay que publicar, sin criticar primero, las consignas que se dicten desde Palacio Nacional todas las mañanas y se haga caso omiso a lo que grite la ciencia, organismos internacionales y expertos sobre la pandemia. Bajo ese entendimiento: defender a capa y espada al médico del régimen.

La petición es inaceptable. A López-Gatell hay que cuestionarlo con la severidad que merece. Porque, además, ante los hechos, se ha convertido en ejemplo de irresponsabilidad.

Cuando Tedros Adhanom, máxima autoridad de la Organización Mundial de la Salud, argumentó sobre la importancia del uso del cubrebocas, la higiene de manos y la sana distancia, después del repunte de contagios y fallecimientos en diciembre pasado, pidiendo además que las autoridades mexicanas fueran ejemplares, López-Gatell respondió con indiferencia y hasta desdeñó el uso del cubrebocas. “Lo que dice es lo que le dice a todo el mundo”, espetó. Y hasta el presidente de la República terminó diciendo que su gobierno no iba a imponer nada.

Frente a las fiestas decembrinas, pidió que guardáramos sana distancia y, de preferencia, nos quedáramos en casa. Mientras tanto, él fue fotografiado tomando vacaciones en las playas de Oaxaca y sin cubrebocas.

Luego, ante la creciente ola de muertos por Covid y la crisis hospitalaria en la Ciudad de México, donde las personas infectadas pasaban horas, a veces días, buscando una cama, pidió, entre otras medidas, el uso obligatorio del cubrebocas, cuando se pasó meses diciendo que no servía para prevenir el contagio.

Sin olvidar que el 10 de marzo reciente, tras permanecer hospitalizado por varios días a causa de la enfermedad, fue captado de paseo con su novia en calles de la colonia Condesa de la Ciudad de México, y sin usar cubrebocas. Y ese mismo día más tarde, informó que seguía positivo y contagioso a Covid.

¿Por qué no debería ser cuestionado sin con sus actos y palabras es el principal responsable del agravamiento de la crisis sanitaria en México? ¿Si por sus malos ejemplos, irresponsabilidad y politiquería el país rebasó la cifra de los 200 mil muertos (oficiales) cuando él dijo que en un “escenario catastrófico” habrían no más de 60 mil?

Que ahora esté acusando a la prensa de dimensionar lo que él no ha podido controlar, es intolerable. López-Gatell se tiene que ir.

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