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Edición dominical Ronda Política

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Víctor Lara

El debate que candidatos rehúyen

Tenemos que impulsar políticas públicas incluyentes, igualitarias y tolerantes con la comunidad lgbtttiq: Eduardo Balcázar

El debate debe ser aprovechado electoralmente, debe ser un buen ejercicio democrático que permita llevar propuestas de manera más inmediata y eficaz a la ciudadanía y sobre todo de manera gratuita y oficial, que más puede pedir un candidato.

En el ámbito político-electoral, el debate consiste en la exposición y el intercambio de opiniones, a partir de la ideología, plataforma electoral o programa político de los partidos políticos o coaliciones y sus candidatos.

Un es un ejercicio democrático complementario que pone a disposición de los ciudadanos la información necesaria para ejercer sus derechos políticos. Sin embargo, en el ámbito político-electoral, el debate es considerado una herramienta más de la estrategia y la táctica de la contienda, debido al seguimiento que los medios de comunicación y la población en general dan a su contenido.

Él IEPC aún está dando los últimos detalles para la realización de los debates entre candidatos y su difusión en los medios masivos de comunicación. ¿Cuántos debates deben llevarse a cabo durante la etapa de la campaña electoral? ¿Qué formato deben tener? ¿En qué medios deben transmitirse a la ciudadanía?, pronto lo sabremos.

El debate puede definirse como la discusión y contraposición, en un foro organizado, en el que se enfrentan diversas posiciones, generalmente divergentes, acerca de temas determinados.

Suele ser público y es moderado por una o varias personas.

En el ámbito político-electoral, el debate se caracteriza por estar formalmente organizados, ser públicos y moderados por una persona consensuada por todos los actores políticos.

En México, los debates entre los contendientes en una elección presidencial se iniciaron en 1994. Anteriormente, en el contexto de la hegemonía política de un solo partido, el voto del elector no tenía mayor trascendencia y los debates se consideraban innecesarios.

Así, el 11 y 12 de mayo de 1994 se llevaron a cabo los primeros debates entre los candidatos a presidente de la República.

En el primero, participaron los candidatos del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (pfcrn), del Partido Verde Ecologista de México (pvem) y de la Unión Nacional Opositora (uno).

En el segundo, se presentaron los candidatos de los partidos más conocidos: Ernesto Zedillo Ponce de León del Partido Revolucionario Institucional (PRI); Diego Fernández de Cevallos del Partido Acción Nacional (PAN) y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Estos debates fueron transmitidos en cadena nacional, en una época en que esto era uso frecuente por parte del poder público.

Para la mayoría de los televidentes, quien ganó el segundo debate fue Diego Fernández de Cevallos; no obstante, quien triunfó en la elección fue el candidato del pri. Y si bien se reconoció la gran innovación que implicaba la realización de debates entre candidatos a la presidencia, también se criticó que no se hubiera dado un debate en el que participaran todos los postulantes.

A partir de entonces, en todos los procesos electorales se han llevado a cabo debates entre los candidatos a la presidencia de la República. Asimismo, de manera paulatina, las entidades federativas han empezado a ejecutar esta práctica, sobre todo tratándose de las elecciones de gobernadores y presidentes municipales.

Los electores deberían votar con pleno conocimiento de las diversas opciones políticas en todas las elecciones, incluyendo las municipales, en las que el ciudadano elige a quien va a decidir las políticas públicas del municipio de residencia y que, por lo tanto, afectarán más su vida cotidiana.

La práctica de los debates debe garantizarse, pero con conciencia de que un número excesivo de éstos puede provocar desinterés en los televidentes.

Asimismo, se deben buscar formatos menos rígidos que permitan una percepción más real de los candidatos por parte de la ciudadanía, y en los que, además, éstos tengan un mayor enfrentamiento entre ellos, con lo cual se estaría cumpliendo con uno de los objetivos de los debates.

Así que por si algún candidato duda de asistir que lo piense, es más lo que puede ganar y perder, total su pasado ya es pasado, pesa, pero es pasado, y pues hay varios candidatos que son tayudos y cínicos.

Sigue con sus actividades electorales, escuchando u haciendo compromisos Eduardo Balcázar ayer fue el penúltimo y dijo que su política es incluyente, igualitaria y tolerante.

Como parte de su agenda de actividades, el candidato a la presidencia de Tuxtla Gutiérrez, Eduardo Balcázar en compañía Alejandra Coello, candidata a regidora, se reunió con algunos integrantes de la comunidad LGBTTTIQ, uno de los sectores poblacionales más vulnerables y discriminados.

“Los ven como una minoría que no genera dividendos electorales y se les priva del derecho de ser respetados y reconocidos” expresó.

Balcázar Castillo, reconoció la lucha que por años han mantenido, así como los abusos policiales a los que han sido sometidos, es por ello, que, durante la firma de acuerdos, propuso impulsar la integración en el código penal tipificación de crímenes de odios, así como garantizar derechos laborales e inclusión económica, además de fomentar y garantizar la participación política.

“Sé muy bien que la comunidad LGBTTTIQ está conformada por personas plenas, trabajadoras, con anhelos y sueños, y he escuchado con profunda atención muchas historias que no pueden más que generarme indignación”.

En la firma de compromisos, estuvieron presentes José Esponda, Coordinador de la red por la inclusión de la diversidad sexual, Kylie Cerda, emprendedora y activista, así como Tere Campos y Nauyaca, líderes sociales, expresaron sus inquietudes y demandas y agradecieron el espacio que el candidato, Eduardo Balcázar les ha brindado para que su voz sea escuchada.

Y es que no podemos hablar de democracia si ella no está basada en el respeto a las diferencias. El estado como gobierno es un ente imparcial que no sólo debe abstenerse de imponer modelos virtuosos de vida buena, sino que debe garantizar los derechos de autonomía, el libre desarrollo de la personalidad, el valor superlativo del plan de vida de las personas, entre muchos más. Lo que no es otra cosa que respetar las decisiones que cada persona toma sobre su vida, garantizando el respeto de sus derechos en todo momento.

Es por ello que cobra relevancia el interés genuino que ha mostrado Eduardo Balcázar por estudiar las problemáticas que enfrenta la comunidad LGBTTTI+ a nivel local, para así determinar los compromisos que hoy firmamos, y que de ganar la presidencia municipal se convertirán en la agenda política que impulsará para hacer de Tuxtla una Ciudad en la que las diferencias sean respetadas, las desigualdades combatidas, la violencia y discriminación desarraigadas, para caminar juntos y juntas hacia el progreso.

Veo en la candidatura de Eduardo Balcázar un halo de esperanza, porque sé que es una persona que escucha, atiende, reflexiona, y ama el bien común. Eso puede verse en la planilla que conformó para que su proyecto, a diferencia de cualquier otro, sea un verdadero proyecto político. Porque la política es una ciencia que se estudia todos los días, y su finalidad debe forzosamente ser el bienestar de la ciudadanía, cualquier otra forma de hacer política es una falacia que no merece oportunidades porque perpetúa las desigualdades y la injusticia que tanto daño nos hacen como sociedad.

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