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Letras Desnudas

Mario Caballero

Iban a votar. Petrona y Lesbia iban a votar, o mejor dicho, las llevaban a votar a la consulta de Revocación de Mandato cuando lamentablemente perdieron la vida. El camión en el que eran trasladadas al municipio de San Fernando perdió el control y se fue al fondo de un barranco de alrededor de 80 metros de profundidad. Del accidente hubo muchos heridos, entre ellos una bebé de año y medio que quedó en estado de coma.

Durante los primeros momentos se dijo que en el carro de tres toneladas iban 15 personas, pero luego se supo que realmente eran 35 y que debido al peso el camión se volcó y cayó en la barranca, dando varias vueltas antes de que pudiera detenerse.

Esta gente es de la comunidad Nueva Victoria, una de las más pobres del municipio de San Fernando y en la cual habitan aproximadamente seiscientas personas, que viven y subsisten en su mayoría de la agricultura, de hacer trabajos menores como la poda u oficios como la albañilería. Si se subieron a ese camión no fue por voluntad propia, sino se sabe por declaraciones de ellos mismos y de los familiares de las víctimas que fueron amenazados por un funcionario del gobierno municipal.

Este funcionario tiene por nombre Iván Alejandro López Aquino, quien funge en el Ayuntamiento de San Fernando como director de Protección Civil municipal. Él, según testimonios de los lesionados, amagó a estas personas con quitarles los apoyos de los programas del gobierno federal si no acudían a votar en la consulta del pasado tres de abril. Cosa que no podía hacer. Es decir, se trató de un vil engaño.

Como dijimos, esta gente es pobre y mucho se ayuda con los beneficios económicos que recibe de los programas integrales impulsados por la federación. Así que amenazarla con retirarles los apoyos, es ponerlos casi casi contra la pared. No les quedó de otra que subir al camión de carga, que según se sabe fue dispuesto por el gobierno de Juan Antonio Castillejos Castellanos para el acarreo de personas a las casillas en la cabecera municipal.

Instantes después del accidente y durante los días siguientes, el equipo de Castillejos Castellanos difundió a través de las redes sociales y algunos medios de comunicación locales que el vehículo no era propiedad del Ayuntamiento, sino de la empresa de transporte APS. Fue un intento burdo de lavarse las manos. No obstante, se dio a conocer que dicha empresa había sido contratada por gente del alcalde para el trasladado de personas a las casillas de votación. Y no fue sólo uno el que llegó a la comunidad Nueva Victoria, sino tres.

A los dos días del percance, los habitantes informaron que Iván López los fue a traer ese domingo con tres camiones de carga, mismos que salieron con pobladores del ejido más o menos a las siete y cuarenta y cinco de la mañana. Pero que entre las 08:30 y 09:00 horas, el camión de redilas se precipitó en el barranco y los pasajeros salieron proyectados.

Los pasajeros de los otros vehículos fueron los que ayudaron a sacar a los heridos, y algunos buenos samaritanos los apoyaron con sus propios autos en el traslado a los hospitales. Pero Petrona y Lesbia, que viajaban en la cabina, perdieron la vida. Entretanto, el chofer del carro, del que no dieron a conocer su nombre, resultó con varias lesiones.

Petrona Vázquez González tenía 29 años de edad, y dejó en la orfandad a cuatro niños varones y a su hija Bertha Milagros, la niña de año y medio, que iba con ella, y que hasta el momento lleva ya dos cirugías y sigue en estado grave.

Lesbia Hernández López tenía 57 años. Una de sus hijas, Magnolia Velázquez, que fue entrevistada al día siguiente, pedía justicia entre llantos y sentimientos de impotencia al lado del ataúd de su madre. Decía, y cito: “Pedimos justicia para nuestra madre que está ahí en esa caja. Pedimos justicia porque por política mi madre está muerta”.

Por otra parte, el esposo de Petrona, Juan Carlos Jiménez, quien también iba en el camión, dijo: “Me dejaron solitos a mis muchachos, ¡qué va a ser de ellos sólo conmigo! No tienen la culpa de que se queden sin mamá ellos, nada más para ir a votar, porque a votar íbamos… Nos vino a traer un tal Iván (López Aquino), nos llevaba apuntados a todos, si no íbamos nos iban a quitar los apoyos. Lo que le daban a mi esposa y lo que daban de “Sembrando Vida” lo iban a quitar, dijeron. Amenazados nos llevaron”.

Y la situación empeora. Porque ante la exigencia de justicia y el dolor de las familias, vino la indolencia del presidente municipal, quien se presume como el principal responsable de la tragedia. Pues si él no hubiera presionado con amenazas a esa humilde gente, Lesbia y Petrona estuvieran vivas.

Permítame que sean nuevamente las palabras de la hija de doña Lesbia (q.e.p.d.) las que nos relaten el trato inhumano, irresponsable e indiferente que, tanto los familiares de las fallecidas como los heridos, recibieron de Juan Antonio Castillejos:

“Dijeron que se van a hacer cargo de todo, y para lo que mandaron: quince pollos, seis kilos de arroz y tres kilos de Maseca, ¿qué vamos a hacer con eso?”, dijo.

¡Qué indignante! Se supone que un gobernante está para proteger a los ciudadanos, para satisfacer sus necesidades y en casos como éste, mostrarse solidario. ¿Pero qué hizo Castillejos Castellanos? Humillar a esta gente por encima del dolor que siente por la muerte de sus seres queridos.

¿HASTA CUÁNDO?

Sin duda alguna, estos hechos le traerán, de nuevo, un tema fuerte por responsabilidad política a Juan Antonio Castillejos, alias La Muñeca, quien según mandó a acarrear gente de todas las comunidades de San Fernando para llevarlas a votar a la consulta de Revocación de Mandato buscando impresionar a los morenistas, siendo él del Partido Verde, para que le den una candidatura a diputado federal en 2024.

Esto que por sí mismo configura un delito electoral, se agrava con la muerte de estas dos mujeres que, como dijeron sus familiares, fueron llevadas bajo amenazas de quitarles los apoyos de los programas sociales.

Y si digo de nuevo es porque Castillejos ya había sido señalado como responsable de la muerte de una anciana y sus tres nietos que perdieron la vida sepultados por un alud de tierra en julio de 2021. Recordemos que esta familia, también en situación de pobreza, vivía en un lugar de alto riesgo y él se negó a reubicarlos a una zona segura, incluso sabiendo del peligro que corrían y de que era su deber protegerlos.

Así que, con la muerte de Petrona y Lesbia, ya son seis personas fallecidas en menos de nueve meses de las que Juan Antonio Castillejos Castellanos está implicado por negligencia y falta de cumplimiento a su deber como servidor público. Y, dicho sea de paso, también por ambición política.

¿Hasta cuándo acabará la impunidad de este político? Las autoridades pertinentes tienen la obligación de investigar este suceso, la pregunta es si están dispuestas a hacerlo. Al tiempo.

yomariocaballero@gmail.com

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