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Un recorrido de Franco Lázaro Gómez

Karla Gómez

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

El museo Franco Lázaro Gómez se inició con la gestión del entonces Instituto Chiapaneco de Cultura y fue inaugurado en octubre de 1995 por el recién creado Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas (Coneculta), así lo da a conocer Alejandra Nandayapa, directora del Centro Cultural del Ex Convento de Santo Domingo.

Menciona que en el recorrido por el museo se encuentran herramientas, fotografías, murales y grabados, en los que se aprecian cuatro aspectos esenciales: Vida cotidiana, que manifestó en paisajes, personajes, tradiciones, leyendas y pasajes históricos, como ejemplo están los grabados: El campesino, Ceiba y fuente, La fiesta de Chiapa de Corzo, María de Angulo y El Calalá.

A decir sobre la influencia artística de tres grandes muralistas mexicanos: David Alfaro Siqueiros en Limosna; José Clemente Orozco, en Pollera; y reiteradamente a Diego Rivera en Acarreando agua, Melonero, Zinacanteco y Cebollera.

“Los murales que se exponen en el museo, corresponden a su periodo de formación, fueron pintados en las paredes de su casa; esta práctica pone en evidencia su búsqueda, tanto en el trazo como en la técnica al fresco y fueron efectuadas entre 1939 y 1942”, apunta.

Por tanto, añade que se reúne parte de la obra de este artista plástico, las cuales fueron adquiridas por el Consejo para socializar la producción de Franco Lázaro.

“Por gestión de su hermana Victoria Gómez Hernández, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) donó algunos murales de su autoría; mientras que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) facilitó 20 planchas de grabados de la antigua Escuela de Artes Plásticas, que quedaron depositados en el Museo Regional”, indica.

Franco Lázaro Gómez nació en Chiapa de Corzo, Chiapas, el 17 de diciembre de 1920. Su padre Tomás Gómez Flecha, era alfarero de profesión y su madre, Damiana Hernández, bordadora tradicional, tenía como obsesión por la muerte: Calaveras en cinco formas, Deudos velando a un muerto, El ahorcado, Hombre cargando a un muerto y La Expedición de Bonampak, último boceto que realizó antes de partir hacia los recién descubiertos murales de Bonampak en una expedición organizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes y el Gobierno del Estado de Chiapas, de la cual ya no regresó vivo.

También agrega que fue un artista innato; las circunstancias adversas en las que creció, formaron en él un estilo peculiar, convirtiéndolo en uno de los primeros artistas modernos del estado: “Ejerció varios oficios, entre ellos el de sastre, peluquero y albañil. En lo que respecta a la práctica del grabado, Franco la ejerció durante cuatro años, de 1945 a 1949; en ese breve lapso produjo su extensa obra que fue truncada por su muerte, a los 28 años de edad”.

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