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Ejemplo de maestro, reflejo del estado en que se encuentra el sistema educativo

Que tal eso de que un maestro del sistema estatal dejó su plaza de base y prefirió aventurarse a irse a los Estados Unidos para ir a trabajar. Si nos podemos a imaginar los argumentos, lo primero que se nos puede ocurrir es que debido a su juventud prefirió darle prioridad su avidez de conocer otro mundo.

Si se es más estricto, es muy cuestionable en estos tiempos de crisis dejar un trabajo seguro, con prestaciones, como la que tienen los profesores de los sistemas estatal y federal.

Sin embargo, la otra causa es que prevaleció la desesperación porque en una de esas, él forma parte del gran número de maestros que no tienen segura su remuneración por la política que aplica la Secretaria de Educación.

La que más se acerca a la realidad, podría ser, sin embargo, que el maestro se dio cuenta que esa no era su vocación. Cuántos hay que estudiaron y egresaron de una licenciatura, pero que su campo laboral es totalmente contrario. Hay ingenieros civiles que están como gerentes de una empresa de muebles o el contador que le gusta las letras y están metidos en el periodismo. Estos ejemplos podrían justificar la huida del maestro para los Estados Unidos.

También está la posibilidad de que no le guste por el sistema educativo que se tiene, pues no es posible que en un salón de clases continúe dándose cabida a grupos de 30 hasta 40 niños. En este sentido, es muy difícil que los niños tengan un aprendizaje eficaz.

Esto último es el problema ancestral que no ha podido resarcir el gobierno mexicano, pues los problemas que se tienen por décadas han impedido el crecimiento de la educación pública.

Luego de la denuncia de que en Cintalapa un maestro dejó el aula desde octubre del año pasado y hasta hoy día no hay visos de que se contrate a su reemplazo, es claro ejemplo de la descomposición del sistema educativo. La ley establece que quien no acude a su centro laboral tres días hábiles continuos es motivo de cese, si es que no hay una justificante grave al caso.

En este punto está justamente el inicio de los problemas, pues es inadmisible que el director de la escuela no haya hecho la notificación inmediata al jefe correspondiente o si lo hizo, esta última parte no tomó la resolución que el caso ameritaba. De ahí en adelante el viacrucis es meramente burocrático, pues pasarán muchos filtros e influencias para que se autorice la plaza, pues acá es donde interviene el sindicato para recuperar el espacio y que este sea para uno de los que están haciendo fila para una oportunidad.

El maestro en mención dejó su espacio en la escuela primaria bilingüe llamada Quetzalcóatl, en el municipio de Cintalapa, mientras la Secretaria de Educación realiza el proceso burocrático, dos mentores atienden a 100 alumnos en dicha institución. Esta es la realidad que se vive en todo Chiapas, en el sistema educacional.

De esta forma, la gran pregunta es qué aprenderán los niños arremolinados en un aula, todos amontonados: Nada. Las escuelas particulares tienen en promedio 15 alumnos, lo que facilita el aprendizaje de quienes integran el grupo.

Por eso la protesta de los padres de familia que se dieron cuenta que sus niños no avanzan en su educación. El ejemplo de este problema es que así se encuentra todo el sistema educativo del país, sin avance, pero eso sí, los sindicatos hacen suya la demanda de una mayor educación, pero en el papel, pues lo único que pelean son los espacios de poder. Así, nunca se saldrá del atraso en que se encuentra el sector educativo público.

Aunque pareciera insignificante, el ejemplo tomado del profesor que “huyó” refleja una vez más que no se han logrado erradicar las viejas prácticas del tráfico de influencias, de la falta de capacitación hacia los mentores y de la ausencia de una verdadera capacidad administrativa y política para hacer del sector educativo, el motor que saque a Chiapas y a México del marasmo en que se encuentra.

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