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Francisco Mendoza / Diario de Chiapas

Desde arreglarse la corbata, revisar el maquillaje y hasta comer una hamburguesa; son algunos de los tantos distractores que hacen que el conductor deje de prestar atención a la carretera por escasos segundos, pero son quizá esos pocos segundos de distracción los que marcan la diferencia cuando se habla de las altas tasas de accidentes de tránsito en la actualidad, señaló Carolina Álvarez Nuriulú, asesora en el área de seguros.

Por esta razón, recibir o realizar llamadas por el celular, enviar mensajes de texto o ingresar a las redes sociales, pueden resultar mortales mientras se conduce.

“Estudios realizados señalan que los conductores que utilizan el teléfono celular cuando conducen, corren un riesgo aproximado cuatro veces mayor de verse involucrados en un accidente, al hacer uso de algún dispositivo móvil, no solo corren el riesgo de sufrir lesiones o morir, sino que también arriesgan la vida de otros conductores en carretera y de los transeúntes”.

De acuerdo con el Reglamento de Tránsito de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, dijo, el artículo 105 fracción XIII indica que, será motivo de infracción “conducir utilizando teléfono celular, sin el dispositivo de manos libres”, el cual será acreedor de una multa con valor de 546.24 pesos o su equivalente a ocho salarios mínimos.

La asesora señaló que este comportamiento de irresponsabilidad mientras se conduce en la actualidad son increíblemente peligrosos, ya que los conductores no solo apartan los ojos de la carretera, sino también las manos del volante.

“Aunque muchos conductores lo hacen creyendo que podrán hacerlo de manera segura; la realidad es que usar un teléfono celular mientras se conduce es como conducir con los ojos vendados”, comentó.

Informes apuntan a que, “tras minuto y medio de hablar por el móvil (incluso manos libres) el conductor no percibe el 40 por ciento de las señales, su velocidad media baja un 12 por ciento, el ritmo cardiaco se acelera bruscamente durante la llamada y se tarda más en reaccionar”; además, la peligrosidad por el uso inadecuado del mismo puede llegar a ser equiparable a la conducción bajo los influjos de alcohol.

Enviar mensajes de texto mientras se conduce puede ser mortal, tanto para la persona que utiliza el teléfono, como para los individuos que se encuentran alrededor.

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