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Sufren crisis ‘existencial’

Jeny Pascacio / Diario de Chiapas

Para los pueblos indígenas el cambio climático no sólo se expresa a través de impactos físicos, sino también a través de cambios sociales, culturales y espirituales en las comunidades, por ello, recientemente la Unesco consideró que la emergencia climática representa una crisis existencial para las comunidades indígenas.

Esto se debe principalmente a un modelo económico centrado en el crecimiento que continúa priorizando las ganancias y el dominio económico sobre las personas, el bienestar y el planeta, consideró la Unesco.

Son vistos en un marco altamente vulnerable ante las amenazas naturales o las acciones humanas, ya que aunque ocupan una cuarta parte de la superficie del planeta, protegen el 80 por ciento de la biodiversidad del planeta, sus asentamientos de vida se encuentran en zonas de alto riesgo que los expone a los diferentes efectos naturales y los pone en un constante desafío para desarrollar métodos de resiliencia y protección de sus identidades.

Enfatizaron en que la relación con la tierra y el territorio ha sido un tema de debate a lo largo de la historia, al respecto se ha generado una serie de alcances importantes en el ámbito internacional como la Declaración de los Pueblos Indígenas, que refiere a proteger el derecho de los pueblos indígenas a la tierra y el territorio, así como otros marcos jurídicos como el convenio 169 de la OIT.

Por ello, es urgente crear políticas conscientes de las realidades globales y prevenir futuras pandemias, en donde se incluya también la voz y se reconozca el trabajo constante de los pueblos indígenas en la protección de la biodiversidad; sin embargo, este trabajo debe ser una obligación de todos, porque todas las personas son dependientes de cadenas masivas de consumo.

En este sentido, en esta modernidad los pensamientos y cosmovisión de los pueblos indígenas deben ser fundamentales para una agenda global, siendo necesario reconocer la importancia de la participación de las juventudes indígenas, de sus conocimientos profesionales y saberes intergeneracionales, para un desarrollo sustentable y sostenible.

Entre 720 y 811 millones de personas en el mundo enfrentaron hambre en 2020, esto es 161 millones más que en 2019. La COVID-19 ha empeorado las cosas y ha dejado en claro el vínculo entre desigualdad, pobreza, alimentos y enfermedades

A pesar de un aumento del 300 por ciento en la producción mundial de alimentos desde mediados de la década de 1960, la desnutrición es un factor principal que contribuye a reducir la esperanza de vida.

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