Jeny Pascacio / Diario de Chiapas
Trabajadores del transporte público en Tuxtla Gutiérrez externaron su preocupación por la situación económica generalizada por la pandemia del COVID-19 que, a la par de las constantes manifestaciones y protestas, agravan la crisis financiera del sector.
Don Jorge López, es taxista desde hace 20 años. Recuerda que el sector ha pasado años complejos y sexenios corruptos que terminaron por destruir el negocio del transporte público permitiendo la entrada de unidades ‘piratas’.
“Antes de Juan Sabines todo estaba bien. Era redituable tener o conducir un taxi. En su gobierno comenzó a darle entrada a los ‘piratas’, pero fue Manuel Velasco el que lo hizo una porquería de corrupción permitiendo la entrada de cuatro mil vehículos ‘piratas’”.
En un día bueno, puede ganar hasta 600 pesos, más 400 de gasolina y 450 para entrar al dueño de la unidad. Cuando no le va bien, sólo recupera el momento del combustible y la cuenta del patrón.
“Hace 10 años sabíamos que, al concluir un servicio abordaríamos otro. Ahora pasamos hasta una hora o más dando vueltas sin agarrar nada”, relató el conductor.
A esto se le suma que ninguna de las bases taxis existentes en la capital chiapaneca otorga prestaciones o algún tipo de seguridad social. Algunas unidades como la de don Jorge, cuentan con un seguro de viajero proporcionado por el propietario de la unidad.
“Nos dan número de emergencia y dónde podemos llevar a los pasajeros en casa de un accidente o complicación cuando vaya a bordo”. Aunque son pocas, también hay líneas de taxis que cuentan con el servicio de geolocalización.
“Brindamos un servicio bueno, porque no todos somos malos, pero desafortunadamente dejó de ser servicio remunerado para convertirse servicio más con muchos riesgos, porque hay gente que contrata por contratar y es donde vienen los delitos”.
Para don Jorge, es necesario parar la corrupción en la Secretaría de Transporte, pues asegura que cada taxi sin regularización paga alrededor de 2 mil pesos en la dependencia para que pueda circular sin ser detenido por las autoridades competentes.
