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Desde mi Trinchera

Diego Victorio

 

Se cumplió.

Mi informante en la cúpula morenista fue certero. Aquí construí un hipotético escenario que cambiaría el statu quo tuxtleco.

Basándome en la información recabada advertí en Diario de Chiapas que la reelección de Carlos Morales era contranatura y, Marcelo no despegaría nunca en las encuestas.

En esa hipótesis señalé la aparición de un bateador emergente, Felipe Granda Pastrana, quien, hasta hoy, es el candidato de Morena a la alcaldía de Tuxtla Gutiérrez.

Replico íntegra mi columna del diez de marzo:

Lo tipificaban sacrilegio, ni las cartillas morales exorcizaría al partido vino tinto aldeano.

La feligresía fundadora morenista se asumió ofendida tras la aparición de una hipotética reelección del edil capitalino Carlos Morales Vázquez.

El batallón radicalista no solo desdeñó el absurdo por los antecedentes de Morales Vázquez, sino también porque bloquearía las aspiraciones de uno de los suyos: Marcelo Toledo Cruz.

Ayer advertí de los efectos perniciosos que se formaban arrastrados porque Carlos Morales merodeaba en las inmediaciones del proceso electoral.

La posibilidad de que Carlos Orsoe Morales fuera una opción emergente bajo la figura jurídica de la reelección irritó al conglomerado morenista que acusa traición a los principios básicos del partido en el poder, que viola Morales Vázquez.

La conspiración que se fraguaba entre el Secretario del Transporte de Chiapas, Aquiles Espinosa García y el titular del Tribunal Federal  de Conciliación y Arbitraje Plácido Morales Vázquez, despertaba una escaramuza entre tribus.

Incluso algunos subgrupos “ultras” tergiversando el fondo del movimiento sospecharon que detrás de Aquiles había manos de palacio estatal, hipótesis que luego fue desechada.

Consultando fuentes seguras recabo información respecto de que la indigestión que ocasionó entre morenos la grosera aspiración de Carlos Orsoe se debe más a que el edil de Tuxtla Gutiérrez degradó los colores intensos del guinda.

Que esa empatía natural entre Morena y el votante mutó a reprobación.

Fue un pésimo embajador de Morena que no merece estar más en esas filas.

La repulsa salió a colación por la indiferencia y la sana distancia que tomó Carlos -ya en el poder- de Morena, en todo el significado de la palabra distancia.

En el fondo repelen la imprudencia de Morales Vázquez porque su vehemencia y obcecación lo llevó a los límites de la frivolidad.

Los morenos de cepa, aseguran que lo de Morales Vázquez es ingratitud en su expresión más pura.

Por eso la actitud de que el candidato pudiera ser cualquiera menos Carlos.

Y aseguro lo anterior porque mi fuente me comparte que esa horda de duros que, pareciese estuviesen fanatizados con Marcelo Toledo Cruz, están conscientes de que su gallo no repunta.

Lo alientan, lo vitorean, lo defienden a ultranza, pero están sabidos de que Marcelo se puede caer, pues la curva de rendimiento se ha quedado varada entre los 8 y 10 puntos porcentuales de la demoscopia.

Lo que quiere decir que la animadversión confesa es contra la voracidad y petulancia de Carlos Morales y, si en la palestra apareciera un perfil más dócil y amigable que Morales, lo aceptarían.

De acuerdo al relato de mi informante una fracción de los radicales ha sido notificada de la probabilidad de un plan espontáneo que, por supuesto no es el de Carlos Morales.

Una candidatura que no enconaría las relaciones entre tribus.

Una decisión pasada por la aritmética que desencadenaría en la postulación de Felipe Granda Pastrana.

De antemano, con esa base referencial, Felipe Granda llegaría por la vía del consenso.

Renunciaría al interés de ocupar una butaca en San Lázaro a cambio de aspirar a la silla principal del palacio municipal de la capital de Chiapas.

Pero para que esto suceda la clase más alta del partido en el poder deberá socavar el exabrupto de Carlos Morales. Al Tiempo.

 

Comentarios Atrincherados

*** Reafirmé el teorema en la entrega de diecisiete de marzo:

Una salida de emergencia, que aquí adelanté la semana pasada, pondría fin al exacerbado ambiente entre morenos: una tercera opción.

El nombre de Felipe Granda Pastrana es ya una alternativa real. Un instrumento que serviría para que los acuerdos transiten.

En la ecuación que se analiza en el cónclave guinda Granda Pastrana sería el candidato de Morena a la alcaldía.

 

*** Y rematé el caso Granda, en la columna de veintidós de marzo con la siguiente proyección:

En Tuxtla Gutiérrez, una reciente encuesta coloca a Morena en la punta, en los cuadrantes de intención de voto, conocimiento y aprobación.

Sin embargo, el experimento aritmético sufre modificaciones mayúsculas a la hora de que en el cuestionamiento se incluye al candidato. Cae estrepitosamente, por supuesto.

A Carlos Morales Vázquez, lo conocen, pero es el que más negativos arroja y, para los especialistas en interpretar encuestas esas notas reprobatorias son votos en contra.

En cambio, los dígitos de Felipe Granda Pastrana en el ala de conocimiento son regulares, empero, es el que menos negativos presenta. Es decir, los expertos en leer las gráficas de barras y pastel deducirían, en su prospectiva, de que es Granda el que más probabilidades tiene de crecer. HASTA PRONTO.

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