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Panteoneros con más “chamba”; sepelios ahora son desangelados

Marco Alvarado/ Diario de Chiapas

“Gracias a Dios ahorita sí hay más chamba; hay quien pide un trabajo urgente de albañilería, preparar espacios o hacer el entierro completo”, cuenta Albert Morales, quien desde hace 22 años realiza este tipo de trabajos en el panteón “San Marcos”, al oriente de la ciudad.

Solo en este camposanto, con un aproximado de 12 mil tumbas, dice que enterró a nueve personas en la última semana “que murieron por eso del virus”; entierros que han sido muy distintos a lo que ha visto.

“Ya ve que a muchas familias les gusta traer mariachi, o la música que le gustaba al difunto. Ahora es diferente, son contadas las personas que vienen, todo es muy rápido”, comenta.

Cuenta que no tiene miedo al momento de bajar el ataúd porque llegan sellados, y con una cubierta plástica que ha sido previamente tratada, entonces tiene la confianza de excavar y ayudar a bajar el féretro.

“Vienen sellados por completo. Yo creo que así ya no hay riesgo para uno, y si ocurre, qué le podemos hacer, aquí estamos todo el día conviviendo con los muertos que hasta se olvida uno, le deja uno de tener miedo”, dice este hombre de 56 años que recién ha terminado de hacer reparaciones en una tumba este sábado.

Entre los trabajos que le han pedido, una familia pidió que tuviera lista la cripta, porque uno de sus integrantes estaba muy grave y ya lo daban por muerto “alisté el espacio donde iban a depositarlo, aunque no estaban seguros si habría entierro o cremación, luego, el jueves pasado, me dijeron que siempre no, ya no había difunto, que el señor se recuperó de la enfermedad, de todos modos, la tumba está lista”.

Otros le piden que resane alguna tumba, ayude a colocar alguna pieza o que haga una capilla al gusto de los dolientes, pero en estos días los procesos fúnebres suelen ser menos concurridos, sobre todo si se trata de una víctima del Coronavirus.

Para él ha sido una buena temporada, asegura, ha tenido más trabajo y todo parece indicar que seguirá así por más tiempo.

“Lo que sí, es que no viene tanta gente, tampoco este Día del Padre, ya ve que las autoridades pegaron en la entrada que debe haber pocas personas”, apunta.

Hasta este sábado, según las autoridades de Salud del estado, se habían confirmado tres mil 591 contagios de Coronavirus, y 224 personas muertas, cuatro de ellas en las últimas 24 horas.

La capital es el epicentro de la mayor cantidad de estos contagios, y donde más se han visto los cortejos fúnebres que, en efecto, transcurren con menos asistentes.

Para este enterrador, la oportunidad de tener más trabajo viene aparejada con el dolor de otros, que han tenido que enterrar a un ser querido que meses atrás estaban lejos de imaginar que moriría este año.

Según Albert, aunque hay más cremaciones, el número de personas que prefieren seguir enterrando a sus muertos no disminuye, como tampoco la costumbre de regresar a visitarlos, aunque por estos días, los muertos están más solos, ya que en el mundo de los vivos hay temor de unírseles pronto.

Abiertos, pero sin pachangas

José Cancino/ Diario de Chiapas

Fue un Día del Padre atípico en la frontera sur. La actual pandemia que asecha a personas de la tercera edad ha dejado huéspedes eternos en el panteón municipal de Tuxtla Chico, el primer y último camposanto del país, situado a unos tres kilómetros de la frontera con Guatemala.

Pese a la contingencia que azota al mundo, en este panteón no se decretó el cierre, debido a que las autoridades municipales no tomaron una determinación en torno a medidas sanitarias concretas.

Ayer las familias pudieron acudir a visitar a sus fieles difuntos, a los patriarcas de familias tradicionales que predominan en esta región de Chiapas.

Para Audelino Hernández, encargado de este camposanto, las costumbres y formas para sepultar a finados han cambiado drásticamente.

“Antes los sepelios se llenaban de personas que venían acompañando el féretro, habían hasta 150 dolientes; ahora esto ha cambiado y son unas 10 hasta 20 personas que acompañan a la familia doliente, ya no es el ritual que antes se realizaba”, relató.

El centinela de este panteón narró que el Covid-19 ha provocado una mutación total en los entierros.

El número de muertes ha aumentado considerablemente. Según el cuidador de tumbas, a inicios de 2020 podía sepultar de una a dos personas por mes, si la cifra llegaba a tres era una situación de zozobra en el poblado. Significaba que la muerte rondaba por las calles de este lugar.

Sin embargo, la llegada de la pandemia ha generado que de mayo a la fecha, unas 50 personas sean inhumadas en fosas que tienen que construirse a ritmo rápido para evitar cualquier descuido.

La prueba es fehaciente. Un par de trabajadores trabajan a marchas forzadas para tener listo el espacio de dos cuerpos que arribarán a este descanso municipal.

Lino, como es conocido en su comunidad, espera que el repunte de visitantes sea considerable, no así las medidas preventivas.

“No sabemos qué piense la gente ahora, regularmente vienen a visitar a sus seres queridos y se quedan a comer aquí, hasta mariachi y trago traen, pero ahora el miedo seguro va a cohibir un poco esas costumbres (…) de no ser así, pues si está cabrona la cosa”, señaló.

Lino tiene que irse, lo esperan sus trabajadores, no sin antes advertir que la mayoría de los nuevos inquilinos son hombres, viejos y con decesos marcados por síntomas respiratorios o, más duro y directo, el letal Covid-19.

NADIE CERRÓ ESTE DOMINGO

Ayuntamientos informaron que los camposantos de la región Soconusco permanecerían abiertos el Día del Padre.

En Huixtla, en la cabecera municipal los pobladores de este municipio pudieron acudir a las capillas sin problema alguno, sólo con filtros en los accesos.

Tapachula, que el Día de la Madre cerró sus panteones, mantuvo abiertos el Panteón Jardín y el Municipal, también con los respectivos filtros sanitarios y la supervisión de Protección Civil para evitar aglomeraciones.

En Cacahoatán, las autoridades municipales decretaron abrir su panteón municipal a las 7:00 de la mañana y cerrarlo a las 13:00 horas, como medida preventiva.

Otros municipios como Suchiate, Frontera Hidalgo y Metapa, también mantuvieron sus accesos abiertos pero con ciertas restricciones para no darle entrada al virus.

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