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Marco Alvarado/ Diario de Chiapas

En esta elección el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se juega la supervivencia, a través de una coalición impensable para el núcleo que lo fundó a finales de la década de los 80, como reconoce el actual secretario general del partido en Chiapas, César Espinosa Morales.

“Es un dilema, y la enorme responsabilidad de ser un gobierno diferente”, asegura. Desde su perspectiva, es normal que algunos militantes estén confundidos por las decisiones políticas que permitieron una alianza con dos antagonistas históricos; anteriormente la dirigencia nacional también tomó decisiones, algunas que lo fortalecieron y otras que lo fracturaron.

“Hoy la dirigencia tiene ese peso encima. Conducir bien al partido para recuperar los espacios políticos y conservar el registro. Aquí, en Chiapas, esperamos al menos el seis por ciento que obtuvimos en 2015”.

Sin embargo, César Espinosa estima que será una elección “fría”, con un alto porcentaje de abstención en la que, sin embargo, el voto podría ser una respuesta contundente al fracaso económico del actual gobierno.

“El país no avanzó como prometieron, no hemos visto resultados en el manejo económico y dejaron solos a los pequeños, medianos y grandes empresarios en el momento que más incentivos necesitaban”.

Si el voto se razona como propone, la caída en el poder adquisitivo y el costo cada vez mayor de los productos de la canasta básica serán elementos decisivos cuando el elector esté frente a la boleta, y entonces tal vez favorezca otras opciones y no al partido que ahora gobierna. En esa posibilidad está la sobrevivencia del PRD, un partido donde las pasiones y las corrientes de ideas se han desbordado tantas veces que incluso facilitaron la creación de Morena.

¿Y qué pasa si el PRD consigue presidencias municipales y posiciones en las cámaras? Espinosa reconoce que deben gobernar muy bien, no solo ganar la elección, sino tener un programa de trabajo en el que haya seguimiento del partido, para que la lucha no se diluya y luego entonces el voto de castigo esté de vuelta.

César Espinosa, quien ya fue dirigente del PRD en Chiapas, reconoce que hay decisiones impopulares que se toman en las cúpulas, y es cuando las bases se movilizan, protestan, migran y exigen. Es el costo, dice, de ser “institucional” dentro de un partido.

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