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Castillejos, un edil corrupto, pero solapado

Tres de tres

 

Rodríguez

 

Castillejos, un edil corrupto, pero solapado

Desde hace muchos ayeres no sólo se ha comentado, como para que digan que hay algo en especial contra el tristemente corrupto de Juan Antonio Castillejos Castellanos, alcalde del municipio de San Fernando, sino comprobado con hechos y hasta documentado con pruebas que ha expedido la autoridad competente, que el cacique de esta zona muy cercana a Tuxtla Gutiérrez es uno de los más poderosos saqueadores de las arcas que maneja el gobierno municipal y, en otras ocasiones, de los puestos en donde ha estado sólo para delinquir.

Lo delicado del tema es que las autoridades de los tres niveles de gobierno saben de las trácalas de la administración que encabeza “La Muñeca”, como se le conoce en todo San Fernando, y ni así hacen algo para llamarlo a cuentas.

Desde principios de 2021, en este medio se han difundido acciones irregulares que Castillejos Castellanos ha emprendido, primero para buscar reelegirse en el poder y después, en el trayecto del proceso electoral, realizar toda clase de bajezas para impedir que sus contrincantes pudieran alcanzar el triunfo para la alcaldía en el mismo año. Ahí está la contadora Adriana Gallegos Marina, la más fuerte contrincante a la que no pudo derrotar en las urnas, pero sí con la complicidad de su gran amigo, en ese entonces consejero del Tribunal Electoral del Estado de Chiapas, Gilberto de Jesús Bátiz, para darle validez de una elección llena de trampas, compra de votos y de conciencias, que hoy –seguramente por esos mil pesos que repartió a los votantes– han de estar arrepentidos al enterarse que Castillejos se queda con 10 mil veces más de lo que regala a cada “chayotero”, como se les dice a los parroquianos de esta demarcación.

En el tema que nos ocupa, al alcalde de San Fernando se le descubrió que tiene una serie de observaciones por parte de la Auditoría Superior del Estado de Chiapas, más allá a los 17 millones de pesos, por incumplimientos, irregularidades, duplicidad de pagos y otros más en diversas obras que el Ayuntamiento emprendió en el año 2020, principalmente en las asignaciones del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de los Municipios y de las Demarcaciones Territoriales del Distrito Federal (Fortamun-DF). Habría que precisar que “La Muñeca” con este trienio, del cual apenas van cuatro meses, ya son dos continuos que encabeza para desgracia del pueblo de San Fernando.

Son más de 17 millones de pesos que la Auditoría Superior del Estado de Chiapas (ASE) llama pomposamente “observaciones”, pero que –en la vida real– si a cualquier mortal común y corriente lo cacharan haciendo estos movimientos, se le llama robo, abuso de confianza y, por ende, una investigación penal para castigarlo como “manos largas”.

La ASE desmenuza que se malgastaron, desviaron, disfrazaron e inventaron facturas con conceptos que sólo existen en la mente perversa del edil. Eso de comprar de alimentos, prendas de seguridad y protección personal que ni se consumieron ni se utilizan y ni se tienen en existencia como justificación, sí que cala para la inteligencia no sólo de la autoridad, sino para los ciudadanos de este empobrecido municipio que cada día se hunde en la marginación por acciones nada transparentes.

Lástima que el alcalde permita y lidere acciones fraudulentas, para plasmar sin la menor consideración del daño ocasionado, servicios de asesoría jurídica e impresiones oficiales fantasmas y, peor aún, que indiquen casi un millón de pesos en mantenimiento de equipo de transporte, gastos de orden social y cultura. Los conceptos y recursos mancillados no lo decimos ni lo inventamos, lo plasma y restriega en la cara del propio alcalde la Auditoría. Hasta ‘infló’ los números cuando regaló la paga a la ciudadanía y sobregiró los precios de productos adquiridos, dice la ASE.

Si los auditores, en los recorridos de campo que realizaron, comprobaron que lo que se reporta no coincide con lo que hizo, a eso se le llama fraude. Bueno, tal es el cinismo con el que opera el alcalde y su gente que hacen obras no de beneficio social, sino en perjuicio a la comunidad, ya que sólo a los empleados de este “honroso” Ayuntamiento se les ocurre realizar una obra de descarga de residuos de aguas negras en una sima, contaminando el medio ambiente. ¡Háganos el cabrón favor!

Los detalles de los desfalcos no tienen en realidad punto de referencia como para no decir que Juan Antonio Castillejos Castellanos está acostumbrado a comprar conciencias, a comprar votaciones y en este último caso no sólo de los votantes, sino de los que se encargan de aplicar la ley, de los estudiosos, ahí está el ejemplo del hoy presidente del TEECH, Gilberto de Jesús Bátiz, quien defendió ‘a capa y espada’ la inocencia de “La Muñeca”. La serie de inconsistencias que expone la ASE le dan una ‘bofetada con guante blanco’ no sólo a Bátiz sino a la serie de políticos y exdiputados que se callaron cuando este medio ha dado a conocer las ‘tramposadas’ del alcalde de San Fernando.

La gravedad de los actos de corrupción en los DESFALCOS, así en mayúsculas, como lo cita la Auditoría Superior del Estado, al no acreditar millonadas de pesos en los gastos registrados del pago a empleados, sueldos, salarios y gratificaciones, y evasión de impuestos a la Hacienda pública, entre otras ‘linduras’. No se diga, tampoco, los actos de corrupción ejercidos en los proyectos de mejoramiento de carreteras o construcción de techados para espacios deportivos.

Si quiere más datos, sólo ingrese a la página de la ASE para cerciorarse que también se jactaron en el Ayuntamiento de San Fernando de realizar obras “elefantonas”, es decir, como lo especifica la propia Auditoría, “que no proporcionaron ningún beneficio al Ayuntamiento”.

Dos “joyas” más y de las que Castillejos se ufanó como prioridades fueron la obra del Parque Central y un relleno sanitario. En la primera, lo único que han hecho fue ponerle concreto a una de las calles laterales y subir a la explanada las casetas de gente que vende antojitos. En este tema se estima un daño de 400 mil pesos por no ejecutar y priorizar el estudio y evaluación del proyecto de construcción del Parque Central. ¡Nadita!

Del segundo, hay un desfalco por un millón 100 pesos al no dar cumplimiento a la normatividad establecida para rellenos sanitarios en el proyecto ‘Mantto de Basurero Municipal’, “tomando en cuenta que la maquinaria y camiones de volteo con material mejorado que se arrendó no corresponden a la razón social del proveedor, donde –asimismo– este último no presentó ninguna documentación requerida”.

Ante todas estas atrocidades, ¿acaso no hay autoridad que se faje los pantalones y le finque responsabilidades penales al edil? ¿Se animará el titular de la ASE, José Uriel Estrada Martínez, a girar el oficio correspondiente ante la Fiscalía General Estado para que se inicien las investigaciones y castigar a los responsables, incluido el edil por complicidad y porque al final es él quien autoriza todo? O, de acuerdo a su política, le dará chance de que subsanen las corruptelas. ¿Dónde están los diputados de la actual LXVIII Legislatura local para que hagan su chamba? Si la justicia no se aplica en éste como en otros muchos casos, entonces, amables ciudadanos, en este mundo enmarcado en la Cuarta Transformación se comprobará en los hechos que estamos rodeados de pura demagogia. ¡Qué decepción!

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